Vacaciones blancas
Desde el Rey hasta el presidente del Gobierno, ministros, políticos y otros privilegiados de la cosa pública, con sueldos millonarios, cansados de la agobiante tarea de sus cargos, han elegido Baqueira-Beret para disfrutar -según dicen- de un merecido descanso.
Si los cuantiosos gastos que originan estas vacaciones blancas, más ostentosas que necesarias, los pagasen ellos de sus bolsillos, no habría nada que objetar; pero el desplazamiento, hospedaje, dietas y otros devengos del personal de escolta y seguridad lo pagamos todos los españolitos, para que estos señores puedan patinar tra...
Desde el Rey hasta el presidente del Gobierno, ministros, políticos y otros privilegiados de la cosa pública, con sueldos millonarios, cansados de la agobiante tarea de sus cargos, han elegido Baqueira-Beret para disfrutar -según dicen- de un merecido descanso.
Si los cuantiosos gastos que originan estas vacaciones blancas, más ostentosas que necesarias, los pagasen ellos de sus bolsillos, no habría nada que objetar; pero el desplazamiento, hospedaje, dietas y otros devengos del personal de escolta y seguridad lo pagamos todos los españolitos, para que estos señores puedan patinar tranquilamente.
En una nación donde el número de parados todavía es preocupante, donde ya somos casi nueve millones los pobres, donde existen inhumanas listas de espera para operaciones quirúrgicas, donde se cuestiona la subida de sueldo de los funcionarios y donde determinadas clases pasivas del Estado, con pensiones de miseria, estamos pasando hambre, el Rey, el presidente del Gobierno y todos los demás debieran dar público ejemplo de austeridad, prescindiendo de ostentaciones escandalosas y provocadoras.-