Las elecciones del sábado en Serbia marcarán el fin del régimen de Milosevic

Las elecciones de este sábado al Parlamento de Serbia se caracterizan por su limpieza y transparencia. Los sondeos pronostican un resultado que supondría la puntilla para el régimen despótico del ex presidente Slobodan Milosevic, quien todavía conserva un reducto de poder en la mayor de las repúblicas de Yugoslavia. Cuando el sábado acudan a votar los más de 6,5 millones de serbios llamados a las urnas habrán pasado sólo tres meses desde las elecciones federales del 24 de septiembre.

En aquella ocasión, Milosevic intentó ganar, gracias al fraude, y acabó derrotado en las urnas y después...

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Las elecciones de este sábado al Parlamento de Serbia se caracterizan por su limpieza y transparencia. Los sondeos pronostican un resultado que supondría la puntilla para el régimen despótico del ex presidente Slobodan Milosevic, quien todavía conserva un reducto de poder en la mayor de las repúblicas de Yugoslavia. Cuando el sábado acudan a votar los más de 6,5 millones de serbios llamados a las urnas habrán pasado sólo tres meses desde las elecciones federales del 24 de septiembre.

En aquella ocasión, Milosevic intentó ganar, gracias al fraude, y acabó derrotado en las urnas y después en las calles de Belgrado por una rebelión popular. El 5 de octubre las masas tomaron el Parlamento Federal y la Radio Televisión Serbia (RTS), instrumento de agitación y propaganda del régimen. En un Belgrado invernal apenas se palpa que en tres días se celebran unas elecciones, decisivas para desmantelar el régimen de Milosevic. La elección de Vojislav Kostunica supuso un hito decisivo que desencadenó estas elecciones en Serbia. El Parlamento serbio, controlado por diputados afines al régimen despótico, aceptó hacerse el haraquiri, se disolvió y se convocaron elecciones anticipadas.Desde entonces, en las últimas semanas, gobierna Serbia una extraña gran coalición formada por la Oposición Democrática de Serbia (DOS), que cobija a los 18 grupos que apoyaron a Kostunica; el Partido Socialista de Serbia (SPS) de Milosevic y el Movimiento de Renovación Serbio (SPO), del voluble y errático Vuk Draskovic, que tan pronto estaba contra Milosevic como con él. En la oposición sólo ha quedado el ultranacionalista Partido Radical Serbio (SRS) del fascistoide Vojislav Seselj.

La popularidad de Kostunica no ha cesado de aumentar en un país acostumbrado a la figura de un caudillo. Las encuestas registran que un 91% de los serbios tienen una opinión positiva de Kostunica. Ese grado de aceptación no lo alcanzó Milosevic ni en sus mejores tiempos. Del liderazgo indiscutido de Kostunica se beneficia la DOS, que todavía lleva el nombre de oposición, aunque ya se encuentra en el Gobierno. En las listas para votar aparece la Oposición Democrática de Serbia (DOS) unida por un guión al nombre de Vojislav Kostunica. El elector sabe así que votar DOS para el Parlamento de Serbia equivale a dar su apoyo al presidente de Yugoslavia.

Kostunica ha puesto precio a prestar su nombre a la DOS y ha reclamado para su Partido Demócrata de Serbia (DSS) el mismo trato que el Partido Demócrata (DS) de Zoran Djindjic (candidato a primer ministro por la coalición, y posible ganador) en el reparto en las listas de los puestos seguros que garantizan escaños en el futuro Parlamento. El resto de los puestos más o menos seguros se reparten entre los restantes grupos y grupúsculos de la sopa de letras que se cobija bajo esas siglas. Hasta ahora, la DOS ha conseguido superar las antiguas querellas y rencillas entre la egolatría de sus jefes y jefecillos, lo que parece premiarla en los sondeos, que le atribuyen una intención de voto de hasta un 71%.

Los socialistas del SPS de Milosevic serán los grandes perdedores. Según las encuestas, sólo un 13% tiene la intención de votar por ese partido. Esta vez el SPS se presenta sin el lastre de la Izquierda Yugoslava (JUL), el partido marxista de su esposa Mira Markovic. La JUL acude a las urnas en solitario y probablemente desaparecerá del Parlamento, porque no superará la barrera del 5%, requisito mínimo para conseguir escaños. El otro partido que parece entrará en el Parlamento son los radicales de Seselj, que cuentan con una intención de voto del 7%. El SPO de Draskovic se mueve por el filo de la navaja del 5% y podría quedar fuera del Parlamento.[El Fondo Monetario Internacional, FMI, anunció ayer que acepta a Yugoslavia como miembro y le concede un crécito de 151 millones de dólares.]

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