Cartas al director

Piojos

No sé cuál es el porcentaje de población que tiene que estar afectada de algo para declarar una epidemia, pero creo que la infección de piojos que sufre el país debe ser considerada una epidemia.Es normal oír a nuestros hijos decir "me pica la cabeza" o "déjame matarlo a mí", o "¡ay!" porque les tiramos del pelo cuando les quitamos las liendres. Antes era un tabú hablar de ellos, pero ahora va dejando de serlo. Quizá por ello no se han enterado de ello las autoridades.

Estamos a las puertas del siglo XXI y España, un país de la Unión Europea, tiene una epidemia de piojos.

En Madr...

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No sé cuál es el porcentaje de población que tiene que estar afectada de algo para declarar una epidemia, pero creo que la infección de piojos que sufre el país debe ser considerada una epidemia.Es normal oír a nuestros hijos decir "me pica la cabeza" o "déjame matarlo a mí", o "¡ay!" porque les tiramos del pelo cuando les quitamos las liendres. Antes era un tabú hablar de ellos, pero ahora va dejando de serlo. Quizá por ello no se han enterado de ello las autoridades.

Estamos a las puertas del siglo XXI y España, un país de la Unión Europea, tiene una epidemia de piojos.

En Madrid, la Comunidad nos manda información sobre los piojos a través de los colegios. Los padres pagamos un dineral en productos milagrosos para acabar con ellos y luego es mentira. Estos productos tienen unas advertencias sobre los posibles riesgos para su salud que nos asustan.

Empleamos mucho tiempo para eliminarlos con peines y a mano para por fin ver que están limpios y comprobar una semana después que vuelven a estar infectados.

Por todo ello sugiero:

- Que se organice una campaña nacional durante un fin de semana en la que todos los padres pongamos de nuevo nuestro empeño en eliminarlos.

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- Que el Estado nos proporcione el mismo producto a todos y que de verdad funcione.

- Un seguimiento durante las dos semanas siguientes en los centros escolares y en los centros de salud.

Si para que se reconozca la epidemia hay que recoger firmas estoy segura de que todos nos quedaríamos sorprendidos de la cantidad de personas afectadas. Me despido con el deseo de acabar por fin con esta pesadilla.- Rosa María Silva Barrera. Rivas-Vaciamadrid, Madrid.

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