LA OFENSIVA TERRORISTA

"ETA tiene la obsesión de sustituir al PNV", dijo en su último acto en Madrid

El pasado 9 de octubre, Ernest Lluch permaneció en silencio cuando le notificaron el asesinato del Fiscal Jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Luis Portero. Lluch, que asistía, con un grupo de periodistas, en un restaurante madrileño, a la presentación del libro del ex portavoz del Gobierno vasco y parlamentario del PNV, Joseba Arregi, La nación vasca posible, no sabía que era su último acto público en la capital.Arregi, consternado y con la cara colorada por el enfado, se preguntó tras conocer el asesinato de Portero por un periodista asistente al acto: "¿Nos van a mata...

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El pasado 9 de octubre, Ernest Lluch permaneció en silencio cuando le notificaron el asesinato del Fiscal Jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Luis Portero. Lluch, que asistía, con un grupo de periodistas, en un restaurante madrileño, a la presentación del libro del ex portavoz del Gobierno vasco y parlamentario del PNV, Joseba Arregi, La nación vasca posible, no sabía que era su último acto público en la capital.Arregi, consternado y con la cara colorada por el enfado, se preguntó tras conocer el asesinato de Portero por un periodista asistente al acto: "¿Nos van a matar a nosotros?". Y se respondió: "ETA acabará matando al PNV". Fue entonces cuando Lluch tomó la palabra y dijo: "Es que ETA tiene la obsesión de sustituir al PNV".

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Lluch había hecho una presentación elogiosa de su amigo Arregi, crítico con la deriva soberanista de la dirección del PNV y defensor de la pluralidad política en Euskadi. "El mensaje de Arregi es el más moderno que se puede plantear en el PNV", dijo Lluch. Arregi defendió aquel día en Madrid la participación de nacionalistas y no nacionalistas en el futuro Gobierno vasco para superar la actual crisis política.

Lluch no sólo refrendó ese mensaje sino que criticó a su amigo nacionalista por no haber valorado suficientemente, en su libro, "el esfuerzo por la paz" que había hecho su partido, el PNV, al trabajar por la tregua.

Lluch dejó allí sentado que uno de los problemas más serios de los nacionalistas vascos es que no saben valorar su propio esfuerzo. El que hicieron con la tregua, en 1998, y el que hicieron con el Estatuto, en 1979. "Hicieron épica política con el Estatuto. Fue un acuerdo hecho entre los vascos y refrendado por España", dijo Lluch. Y no se recató tampoco en calificar de "disparate" la reciente declaración que había formulado el portavoz del PNV, Joseba Egibar, que lo había tachado de "carta otorgada".

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