TEATRO

Las desilusiones de la inmigración abren la temporada de la Mirador

La decisión de dejar el país natal para buscarse la vida en otro arropa el sueño de cambiar el destino por otro mejor. Pero a veces ese sueño se convierte en pesadilla. Para reflejar los avatares de una familia de inmigrantes cubanas, madre y dos hijas, cuyos pasos las llevan hasta un club de carretera del Corredor del Henares, el teatro Mirador, con su compañía habitual, Nuevo Repertorio, nacida de su escuela de teatro, pone en escena la obra de Alberto Casso Los viernes del hotel Luna Caribe. Este montaje, galardonado con el Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca en 1999, se e...

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Danza contemporánea

La decisión de dejar el país natal para buscarse la vida en otro arropa el sueño de cambiar el destino por otro mejor. Pero a veces ese sueño se convierte en pesadilla. Para reflejar los avatares de una familia de inmigrantes cubanas, madre y dos hijas, cuyos pasos las llevan hasta un club de carretera del Corredor del Henares, el teatro Mirador, con su compañía habitual, Nuevo Repertorio, nacida de su escuela de teatro, pone en escena la obra de Alberto Casso Los viernes del hotel Luna Caribe. Este montaje, galardonado con el Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca en 1999, se estrenó el 27 de octubre en el Festival Internacional Madrid Sur, con la dirección de Fermín Cabal. Sobre el escenario pasean, además de Yliana (Laura Ramos), Liena (Silvia de Esteban) y su madre, Régula (Cristina Fabre), otros 27 personajes. "Para contar esta historia no podía hacerlo en el marco del típico teatro minimalista con dos o tres actores", describe su autor. "Siempre trabajamos con la intención de que la gente joven haga la mayor cantidad de práctica", apunta Cristina Rota, directora de la sala y de la compañía, "y, si hay mucha gente en escena, más oportunidad de trabajar tiene la cantera de actores. Además", añade, "como no contamos con ayuda pública, buscamos gente que quiera trabajar por un precio módico". "En este caso", apunta Fermín Cabal, "la gente que hay en el escenario es casi un tercio de los que están en las butacas , y, de ellos, todos salvo tres provienen de la escuela".

Sobre si la obra es una crítica de la situación en Cuba, su autor explica que buscó personajes de este país porque conoce personalmente a cubanos, "pero lo mismo podrían ser mujeres dominicanas o nigerianas". Gracias a varias escenas de baile y a un diálogo que recoge con humor "muy propio de cubanos" las partes más duras, la obra refleja el "clima orgiástico del burdel" y no se ciñe a una descripción naturalista de los prostíbulos.

Por otro lado, dentro de la programación preparada por la sala Mirador para esta temporada, destaca su apuesta por la danza contemporánea, que ocupará su escenario un total de tres meses. En primer lugar lo hará la compañía 10&10 Danza, que este año celebra su décimo aniversario como formación. Sus coreografías Datura sanguínea, Anyway y Margaritas ante porcos estarán en la Mirador desde el 19 de enero hasta el 18 de marzo de 2001. "Es la primera vez que una sala madrileña programa dos meses seguidos danza contemporánea, somos los olvidados de la danza", destacó Mónica Runde, directora de la compañía junto con Pedro Berdäyes, quien lamentó que no haya escuelas de danza contemporánea en Madrid, algo a lo que Cristina Rota quiere poner remedio de inmediato. Por su parte, la jovencísima compañía Losdedae, que lidera Chevy Muraday desde hace tres años, pasa "nada menos que cuatro semanas" en la Mirador. Será con Vergine, del 22 de marzo al 15 de abril.

Los viernes del hotel Luna Caribe. Sala Mirador (Doctor Fourquet, 31, metro Lavapiés). De jueves a domingo, 20.00, hasta el 23 de diciembre. 1.800 pesetas.

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