FÚTBOL Liga de Campeones

Noche redonda

El Madrid golea, logra el primer puesto y recupera a Morientes, mientras Chamartín aclama a Figo

Despejada la tormenta del Camp Nou, el fútbol volvió a ser portada entre el madridismo. Y en cuestiones puramente futbolísticas este Madrid se maneja mejor. Relajado y con ganas de borrar la huella de la batalla del pasado sábado, el equipo salió decidido a brindar con su gente. Como el Sporting tiene un perfil bajo y nada le iba en el baile, los blancos se dieron un paseo embriagador. Cumplieron escrupulosamente el guión: entretuvieron un rato a sus feligreses, recaudaron 110 millones para la entidad y sumaron tres puntos para asegurarse el primer puesto y evitar rivales incómodos en la segun...

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Despejada la tormenta del Camp Nou, el fútbol volvió a ser portada entre el madridismo. Y en cuestiones puramente futbolísticas este Madrid se maneja mejor. Relajado y con ganas de borrar la huella de la batalla del pasado sábado, el equipo salió decidido a brindar con su gente. Como el Sporting tiene un perfil bajo y nada le iba en el baile, los blancos se dieron un paseo embriagador. Cumplieron escrupulosamente el guión: entretuvieron un rato a sus feligreses, recaudaron 110 millones para la entidad y sumaron tres puntos para asegurarse el primer puesto y evitar rivales incómodos en la segunda fase. Además, Figo y Helguera conquistaron la tarjeta que querían para no viajar a Moscú y reaparecer en la próxima estación de la Liga de Campeones.Ya confesado madridista el portugués dio los primeros muletazos de la noche. Con las pilas bien cargadas desfiló con acierto por las dos orillas y buscó el gol con un empeño desconocido en el delantero portugués, más inclinado a tejer que a definir. Pero la noche era especial y de una cabalgada hacia el interior del área de Figo surgió el primer gol. Y no era un gol cualquiera, sino el 500 del Madrid en Copa de Europa. Figo quería el premio, un hueco en las hemerotecas, un capítulo junto a leyendas como Miguel Muñoz -autor del primero-, Di Stéfano (100) y Puskas (200).

REAL MADRID 4 - SPORTING LISBOA 0

Real Madrid: César; Geremi, Helguera, Iván Campo, Roberto Carlos (Solari, m. 68); Celades, Makelele; Figo (McManaman, m. 52), Munitis (Morientes, 61), Savio; y Guti.Sporting: Nelson; César Prates, Beto, Cruz, Dimas; Mahon (Bino, m. 46), Hugo (Barbosa, m. 70), Delfim (Acosta, m. 46), Joao Pinto; Mpenza y Sa Pinto. Goles: 1-0. M. 12. Figo se interna en el área y su disparo rebota en la pierna de un defensa; la pelota sale rebotada y Guti cabecea de cerca. 2-0. M. 42. Munitis lanza al hueco a Guti, que asiste a Savio para que empuje. 3-0. M. 62. Magnífico pase de McManaman a Morientes, éste avanza y bate por debajo de las piernas a Nelson. 4-0. M. 70. Falta que lanza Solari y espectacular cabezazo de Morientes. Árbitro: Urs Meier (Suiza). Amonestó a Figo, Helguera, Barbosa y Sa Pinto. 52.000 espectadores en el Bernabéu.

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El mágico sueño de Figo quedó frustrado en el último suspiro, cuando un compatriota metió la pierna y escupió la pelota al cielo cuando el disparo del luso volaba hacia la red. El rebote le cayó a Guti, el goleador de moda en Chamartín, tan matrimoniado con el gol que ayer hizo de delantero puro, como última referencia del ataque.

El tanto no desvió la atención de Figo, que mantuvo el gol grapado en sus entrañas. No pudo ser, pero tuvo tiempo para un par de guiños con la grada. Primero al dirigirse a lanzar su primer saque de esquina. Nunca esta suerte del fútbol había estado tan cargada de simbología. El público le ovacionó de forma atronadora, como si el Bernabéu hubiera sido invadido por una legión británica, de las pocas hinchadas que adivina en cada córner una acción de la caballería. El segundo guiño fue cosa de Del Bosque, que le hizo un sitio de honor en el banquillo recién estrenado el segundo tiempo. Figo aprovechó el viaje para aliviar sus oídos con los palmeos de la grada.

La rehabilitación de Figo fue seguida de la de Morientes. La otra gran noticia de la jornada. El delantero reapareció tras dos meses en la enfermería y dejó claro que el olfato no precisa inyecciones. Sus dos primeras caricias a la pelota acabaron en la red. Una cuestión genética, de raza. No cabe otra explicación.

Sin noticias del Sporting, cuyo fútbol de repostería se derrite sin remedio a las primeras de cambio, el Madrid trazó todo el encuentro a su antojo. Apretó cuando quiso, desaceleró cuando le vino en gana y por el medio le dejó cuatro recados a su enemigo. Y algún que otro apunte para el futuro. El ensayo evidenció que César es solvente, que Celades es de largo el mejor conductor del equipo y que Helguera es defensa. Cierto que el choque no era de máxima exigencia, pero la noche fue redonda para este Madrid de posibilidades futbolísticas infinitas. Al puzzle no le faltan piezas, sino engrase.

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