La lucha de las 'mujeres del metal'

Esposas y compañeras comparten movilizaciones con los trabajadores en huelga del sector en Huelva

Al principio se muestran reacias a hablar; están enfadadas con los periodistas. "De esto no están dando toda la información", se quejan. Luego, la indignación alcanza a empresarios y policías y entonces se produce un remolino de intervenciones acaloradas que no cesa de crecer durante media hora. "Vamos a seguir fuertes, teníamos que haber empezado antes, desde el primer día, pero no pensamos que iba a durar tanto", afirma Laura, esposa de uno de los trabajadores que secunda la huelga del me...

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Esposas y compañeras comparten movilizaciones con los trabajadores en huelga del sector en Huelva

Al principio se muestran reacias a hablar; están enfadadas con los periodistas. "De esto no están dando toda la información", se quejan. Luego, la indignación alcanza a empresarios y policías y entonces se produce un remolino de intervenciones acaloradas que no cesa de crecer durante media hora. "Vamos a seguir fuertes, teníamos que haber empezado antes, desde el primer día, pero no pensamos que iba a durar tanto", afirma Laura, esposa de uno de los trabajadores que secunda la huelga del metal y la automoción en Huelva. El paro en el sector afecta desde hace 29 días a más de 4.500 trabajadores y a un millar de empresas (tan sólo el comercio tiene más firmas en la provincia) y la patronal reconoce que el seguimiento, sobre todo en la capital, está siendo muy alto. "A los hombres no les quieren pagar los atrasos ni la antigüedad, ni nada", asegura María, quien junto a Laura y un centenar de mujeres más cortaba en la mañana de ayer el tráfico cerca del Ayuntamiento.

El corte de tráfico era el segundo acto de protesta que realizaban las esposas y compañeras de los trabajadores en huelga. El lunes por la noche ya fueron mayoría cuando impidieron durante cinco horas que los representantes de la patronal salieran de la delegación de Empleo de la Junta, tras un nuevo fracaso en las negociaciones con los sindicatos. "Las mujeres del metal, por un convenio justo", rezaba la pancarta tras la que se manifestaron en la noche de ayer 1.500 personas por las calles de la capital, informa Luis Eduardo Siles.

"Hemos salido a la calle cuando han pegado a nuestros maridos". La carga policial que realizaron los antidisturbios el pasado día 19 para acabar con el bloqueo de los trabajadores del metal en los accesos del Polo Químico de Huelva (11 heridos y 30 detenidos) llevó a un centenar de mujeres a compartir movilizaciones con sus compañeros. "Lo que hicieron ese día, no lo hacen ni con los terroristas, hubo muchos más heridos de los que se dijo", dice Toñi, quien mantiene que "hubo pelotazos a cinco metros" y que "a algunos les pegaron en frío".

Las mujeres del metal, como se autodenominan, han conseguido 5.000 firmas de adhesión a una carta en la que se pide la dimisión de subdelegado del Gobierno central, Carmelo Sanmartín; una misiva que firmó el propio alcalde de la ciudad, Pedro Rodríguez (también del PP, como Sanmartín), aunque los portavoces municipales aseguran que el primer regidor de Huelva desconocía el sentido de lo que firmó.

"Levántate la camiseta, Manuel", pide Laura. Un moratón cubre media barriga de Manuel Jiménez, quien asegura que es el rastro de un pelotazo policial. "Si nos bajamos los pantalones ahora nos vendemos para siempre", afirma Jiménez, quien, de todos modos, reconoce las dificultades de seguir con la huelga: "Con los sueldos [entre 120.000 y 150.000 pesetas de media] que tenemos no ahorramos y un mes sin cobrar afecta a cualquier familia".

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Las mujeres del metal han abierto una cuenta en La Caixa para recoger fondos, pero las alternativas para paliar la falta de sueldo suelen ser más domésticas "Pedimos prestado, comemos en casas de nuestros familiares", enumera María. "Está siendo duro porque ha coincidido con septiembre y hay que comprar libros para los niños y todo eso", añade Concha.

"Vamos a repartir lo que haya en nuestra caja de resistencia [dinero sindical para paliar pérdidas de trabajadores en conflictos laborales]", indica Juan Manuel García, portavoz del Sindicato Unitario (SU) del metal. Este sindicato tan sólo representa al 20% de los trabajadores del sector pero ha tenido mucho mayor protagonismo que los sindicatos mayoritarios (UGT y CC OO) en las protestas.

De hecho, UGT y CC OO firmaron un acuerdo con los empresarios el pasado día 14, pero fue rechazado por la asamblea de trabajadores. "Hay que avanzar más en la regulación de jornada, incorporar una bolsa de accidentes, gratificar la antigüedad de los empleados e igualar las condiciones de eventuales y fijos", explica el dirigente de SU.

Hasta ahora los tres sindicatos han ido de la mano, pero los mayoritarios empiezan a desmarcarse de la postura del "todo o nada" del SU, como reconoce el secretario provincial del metal de UGT, Miguel Hernández: "Con muy poquito esto se puede desbloquear". Por lo pronto, los representantes de ambos sindicatos se colocaron al final de la marcha que encabezaban ayer las mujeres del metal.

"El convenio que había ya era muy bueno, tenemos la jornada laboral más corta del sector y los sueldos más altos", asegura Fernando Pérez Lozano, portavoz de la patronal, quien achaca el rechazo al principio de acuerdo a "las dificultades de los sindicatos para transmitir lo que hay de verdad sobre la mesa", una subida salarial del 4% para este año y el reconocimiento de un plus de transporte a eventuales.

"No podemos soportar más costes", asegura Pérez Lozano, quien advierte que "muchas empresas no aguantarán estar inactivas un mes". Aún así, el representante de la patronal cree "que no hay tantos puntos de desacuerdo" y que el fin de la huelga indefinida está cercano.

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