LA OFENSIVA TERRORISTA

El senador Javier Rojo señala a unos vecinos como posibles informadores

El senador y secretario general de los socialistas alaveses, Javier Rojo, señaló ayer la posibilidad de que vecinos del bloque de Máximo Casado hayan podido hacer llegar a la banda terrorista informaciones sobre el funcionario de prisiones para facilitar su seguimiento y asesinato. De hecho, dos hermanos, vecinos de Casado, son investigados como presuntos autores de una campaña de presiones contra él.El funcionario de la cárcel de Nanclares sufrió en los últimos meses un acoso permanente. Su buzón fue quemado y pintado, al igual que las columnas de su casa. Le insultaban llamándole "carcelero"...

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El senador y secretario general de los socialistas alaveses, Javier Rojo, señaló ayer la posibilidad de que vecinos del bloque de Máximo Casado hayan podido hacer llegar a la banda terrorista informaciones sobre el funcionario de prisiones para facilitar su seguimiento y asesinato. De hecho, dos hermanos, vecinos de Casado, son investigados como presuntos autores de una campaña de presiones contra él.El funcionario de la cárcel de Nanclares sufrió en los últimos meses un acoso permanente. Su buzón fue quemado y pintado, al igual que las columnas de su casa. Le insultaban llamándole "carcelero", le rayaron el coche y le llamaban por teléfono de madrugada. "Hay vecinos que son culpables de lo que le ha pasado a este señor", dijo Rojo. "Los del piso de arriba, aquéllos que le estaban haciendo la vida imposible son los culpables de su muerte", añadió el dirigente socialista, quien llegó a decir que mientras estallaba la bomba lapa bajo el coche de Casado en un aparcamiento común del bloque, "sus vecinos de arriba tenían aparcado el suyo fuera".

Más información

Fuentes policiales confirmaron que la Ertzaintza está investigando a varios vecinos de portal y del barrio para establecer posibles vinculaciones con el asesinato de Máximo Casado. En esa zona se han producido tres atentados en los tres últimos meses.

Asimismo, Comisiones Obreras denunció ayer que los hijos de funcionarios que trabajan en Euskadi reciben continuas presiones y coacciones. Mientras, el sindicato de prisiones Acaip aseguró que es práctica habitual entre los etarras encarcelados denunciar que han sido torturados por funcionarios con el fin de conseguir datos sobre los trabajadores de las cárceles.

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