Chevènement vuelve al primer plano en Francia tras recuperar su escaño

Jean-Pierre Chevènement, una de las personas más características de la izquierda francesa, regresó ayer al primer plano de la política con su reelección como diputado en los comicios parciales celebrados en Belfort. La recuperación del escaño, a dos meses de su dimisión como ministro del Interior, fortalece sus posibilidades de aglutinar al sector nítidamente republicano y de jugar un papel en las negociaciones que los partidos de la "izquierda plural" han abierto para definir un nuevo proyecto electoral.

El ex ministro logró ayer una fuerte mayoría, el 65,9% de los votos, frente al 34%...

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Jean-Pierre Chevènement, una de las personas más características de la izquierda francesa, regresó ayer al primer plano de la política con su reelección como diputado en los comicios parciales celebrados en Belfort. La recuperación del escaño, a dos meses de su dimisión como ministro del Interior, fortalece sus posibilidades de aglutinar al sector nítidamente republicano y de jugar un papel en las negociaciones que los partidos de la "izquierda plural" han abierto para definir un nuevo proyecto electoral.

El ex ministro logró ayer una fuerte mayoría, el 65,9% de los votos, frente al 34% del principal candidato de centro-derecha. Chevènement ya había superado en la primera vuelta la mayoría absoluta de los votos, pero hubo de aguardar a la segunda, celebrada ayer, al no haber alcanzado el quórum del voto del 25% del censo que la ley exige para ser elegido a la primera. En otra elección parcial, celebrada también ayer en Fécamp, el candidato socialista fue superado por el de Democracia Liberal.Chevènement vuelve a la Asamblea Nacional tras haber rebajado la tensión con el primer ministro, Lionel Jospin, quien reduce ahora el enfrentamiento con aquél a "un malentendido", según dijo en una reciente entrevista por televisión. El ex ministro sigue pensando en que el desacuerdo con el plan de autonomía para Córcega fue muy serio en puntos como la devolución del poder legislativo a la Asamblea de Córcega, la negociación con los nacionalistas sin que éstos condenaran expresamente la violencia y la enseñanza obligatoria de la lengua corsa en la isla.

Pero ni Jospin ni Chevènement parecen interesados en ahondar en el enfrentamiento. La plataforma de apoyo a este último es hoy más sólida que la que tenía cuando llegó al Gobierno, en 1997, y Jospin, aunque recuperado del bache de popularidad sufrido en septiembre, tampoco puede ahora ignorar lo que Chevènement representa.

El marco para entender estos movimientos es la triple convocatoria electoral que va a desarrollarse en año y medio: primero, las municipales; después, las legislativas, y finalmente, las presidenciales. Mientras el centro-derecha sigue contando sólo con un candidato, Jacques Chirac, bastante tocado por las últimas revelaciones sobre su supuesta implicación en la financiación irregular del partido que fundó, Unión por la República (RPR), la izquierda da la impresión de que le sobran candidatos.

Jospin aún no ha anunciado su candidatura a las próximas presidenciales y, en cambio, ha señalado posibles presidenciables: la ex ministra de Empleo y Solidaridad, Martine Aubry, y su sustituta, Elisabeth Guigou; dijo también que "por qué no" podría serlo Laurent Fabius, el actual ministro de Economía.

Chevènement no tiene decidido si participará o no en la elección presidencial. Puede aglutinar el voto republicano, terreno en el que la derecha sólo tiene un candidato, Charles Pasqua, que sin duda apoyará a Chirac en la segunda vuelta. Ese voto republicano, de difícil equiparación en el espacio político español, es de los partidarios de una Francia en que predomine la igualdad, y en función de ello, no acepta diferenciaciones de trato como la que Jospin trata de llevar adelante para Córcega.

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