El Lazio tiembla por un pasaporte falso

La Fiscalía lleva a juicio al presidente romano, Sergio Cragnotti, por un caso que se reproduce en los clubes italianos

La Fiscalía de Roma puso en marcha ayer todo su poder para sentar en el banquillo de un tribunal al presidente del Lazio, Sergio Cragnotti, y a la estrella del equipo, el argentino Juan Sebastián Verón. El jugador y su patrón son las caras más famosas del actual campeón de Liga en Italia y su caso es la punta del iceberg de un delito que sacude al fútbol italiano en forma epidémica: se les acusa de falsificar los documentos para conseguir la nacionalidad italiana. Junto a Verón y Cragnotti la Fiscalía ha solicitado el enjuiciamiento del más importante de los representantes de jugadores en Ital...

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Informe del Milan

La Fiscalía de Roma puso en marcha ayer todo su poder para sentar en el banquillo de un tribunal al presidente del Lazio, Sergio Cragnotti, y a la estrella del equipo, el argentino Juan Sebastián Verón. El jugador y su patrón son las caras más famosas del actual campeón de Liga en Italia y su caso es la punta del iceberg de un delito que sacude al fútbol italiano en forma epidémica: se les acusa de falsificar los documentos para conseguir la nacionalidad italiana. Junto a Verón y Cragnotti la Fiscalía ha solicitado el enjuiciamiento del más importante de los representantes de jugadores en Italia, el italo-argentino Gustavo Mascardi, así como de su colega Francisco Hidalgo, ambos encargados de los negocios de Verón.El caso de los pasaportes falsos entre los futbolistas extracomunitarios que militan en el fútbol italiano se extiende como una epidemia. Como si fuese uno de esos virus que en el invierno se hacen camino a fuerza de estornudos arrasando con la salud de todos; ha comprometido el bienestar de por lo menos 13 profesionales y de siete clubes de las Series A y B del calcio.

Lo primero en suscitar sospechas fue el pasaporte del jugador argentino del Lazio Verón, cuyo trámite de ciudadanía italiana al día de hoy continúa bajo investigación por parte de la justicia de ese país. El fiscal Saverio Piro, que lleva adelante las diligencias, está tratando de averiguar cómo es que el club romano pagó a un estudio de abogados en Buenos Aires (a través de un banco en Nueva York), la increíble suma de 110.000 dólares -unos dos millones de pesetas-, para que éstos prepararan el trámite de ciudadanía, tarea que normalmente se recompensa con 500 o 600 dólares como máximo.

Poco después de Verón, otros muchos jugadores extracomunitarios entraron en la mira de los investigadores hasta que a las puertas de Varsovia, donde el Udinese viajaba para disputar un encuentro de la Intertoto, la policía de frontera polaca secuestró los pasaportes portugueses de los brasileños Warley y Alberto, por resultar éstos falsificados.

Desde ese momento una verdadera tempestad sacudió al fútbol italiano. Otros dos jugadores del Udinese, el paraguayo Da Silva y el brasileño Jorginho, resultaron poseedores de pasaportes portugueses falsos, por lo que fueron expulsados de Italia. El arquero del Milan y de la selección brasileña, Dida, también tenía un pasaporte portugués irregular, pero contó con la fortuna de que fuera el propio club quien detectó tal situación y que al ingresar al país había presentado su documento brasileño, por lo que no tuvo problemas.

Pronto se descubrió que otros dos brasileños, jugadores del Vicenza, Jeda y Dede, también poseían falsos pasaportes portugueses, así como el camerunés Ivock Job y el originario de Cabo Verde, M'Ondoa, ambos jugadores del Sampdoria (serie B).

Pero no sólo de Portugal provienen los pasaportes fáciles. Es de nacionalidad belga el que poseía Ze Francis, y francés, el de M'Goule, ambos nativos de Camerún, los dos jugadores del Sampdoria. El Roma también tiene a uno de sus jugadores brasileños bajo investigación. Se trata de Marcos Assunçao Dos Santos, quien al parecer también habría presentado un documento que lo acreditaba falsamente como portugués.

El escándalo tiende a crecer, y la preocupación alcanza a jugadores, representantes y dirigentes, quienes trabajan febrilmente para encontrar una solución en el futuro al famoso techo de cinco extracomunitarios que cada club puede fichar, según la reglamentación vigente.

Recientemente, el Milan dio a conocer una investigación que pone al descubierto que esta norma que distingue entre extranjeros comunitarios y extracomunitarios va en contra de la legislación para el trabajo que rige hoy en Italia, según la cual todo extranjero, comunitario o no, con permiso regular en el país, no debe sufrir ningún tipo de discriminación. En el mismo club, el Milan, milita Demetrio Albertini, activo dirigente de la asociación de jugadores italianos, quien hace unos días aportó una declaración más o menos vacía: "Me parece que esta historia nos está llevando a un escenario alarmante. Si alguien se ha movido fuera de la ley deberá ser castigado. Las reglas del fútbol que están en vigor deberán ser respetadas. Nuestra asociación pretende solamente que se defienda el patrimonio futbolístico italiano".Al día de hoy lo único cierto es que la polémica acaba de comenzar.

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