Los consumidores de gasóleo piden revisar los acuerdos con el Gobierno

La subida del precio de los carburantes vuelve a desatar airadas protestas

La subida del precio de los carburantes decidida el viernes ha vuelto a poner al pie de los caballos a los principales consumidores de gasóleo, el producto que mayor variación ha sufrido. Las agrupaciones agrarias, los pescadores, los transportistas y las asociaciones de usuarios saltaron contra la decisión y subrayaron que será necesario revisar los recientes acuerdos que alcanzaron con el Gobierno para compensar los fuertes incrementos de meses pasados (el Ejecutivo se comprometió a ayudas, principalmente fiscales, por valor de 120.000 millones).El conflicto volvió a abrirse nada más anuncia...

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La subida del precio de los carburantes decidida el viernes ha vuelto a poner al pie de los caballos a los principales consumidores de gasóleo, el producto que mayor variación ha sufrido. Las agrupaciones agrarias, los pescadores, los transportistas y las asociaciones de usuarios saltaron contra la decisión y subrayaron que será necesario revisar los recientes acuerdos que alcanzaron con el Gobierno para compensar los fuertes incrementos de meses pasados (el Ejecutivo se comprometió a ayudas, principalmente fiscales, por valor de 120.000 millones).El conflicto volvió a abrirse nada más anunciarse el aumento de cinco pesetas por litro de gasóleo (hasta 124,9) decidido por Repsol, la operadora dominante en el sector, el pasado viernes. La justificación dada por esta empresa, y secundada por el resto de compañías, apelando a la situación internacional para calmar los ánimos ("no hay quien aguante más esta situación y ya llevamos dos meses sin alterar el precio"), ha servido de poco. La reacción fue exactamente la que más temían: "Mañana habrá un revuelo tremendo, pero los consumidores tienen que entender que, si las petroleras hubiéramos trasladado los precios internacionales, el litro de carburante costaría ahora 10 o 12 pesetas más", decía una fuente empresarial el viernes a EL PAÍS.

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El caso es que, justificaciones al margen, ayer los usuarios volvieron a exigir medidas. El secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Fernando Moraleda, pidió la revisión del acuerdo firmado con el Gobierno, consistente en rebaja de los módulos del IRPF y aumento de tres puntos (dos para los ganaderos) de la compensación del IVA. Según Moraleda, "el acuerdo fue para compensar pérdidas pasadas, pero no tiene respuesta para el presente y futuro". Moraleda criticó también a las petroleras por el fuerte aumento.

El presidente de la patronal de transportistas Fenadismer, Juan Antonio Millán, volvió a acusar a las compañías de ponerse de acuerdo en la fijación de precios. Desde estos colectivos han vuelto a surgir las peticiones de gasóleo profesional, algo a lo que el Gobierno se sigue cerrando en banda. Ayer,en Biarritz, el presidente del Ejecutivo español, José María Aznar, reiteraba que bajar el impuesto de hidrocarburos sería "un suicidio". Y el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, declaró en Jerez de la Frontera, durante una reunión con la agrupación agraria Asaja, que con presiones no habrá ayudas. Se refería a las protestas anunciadas por COAG, que ahora tratará de adelantar.

También los consumidores salieron al paso y añadieron un elemento más para la disputa: el gasóleo de calefacción ha subido un 40% en el último año.

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