El PP aprovecha sus congresos en Galicia para apartar a Rajoy de la carrera por la sucesión de Fraga

El PP cerró el pasado fin de semana, con los congresos provinciales de Lugo y Ourense, un significativo proceso de renonavión del partido en Galicia. Este proceso, que se ha prolongado durante un año, ha servido para relevar a la mayoría de los pesos pesados que han marcado la vida de esa organización en los últimos lustros y para encarar el problema de la complicada sucesión de Manuel Fraga a medio plazo.Los cambios efectuados bajo la supervisión directa de Javier Arenas y Mariano Rajoy, secretario y vicesecretario general del PP, han afectado a la cúpula regional y a las direcciones de tres ...

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El PP cerró el pasado fin de semana, con los congresos provinciales de Lugo y Ourense, un significativo proceso de renonavión del partido en Galicia. Este proceso, que se ha prolongado durante un año, ha servido para relevar a la mayoría de los pesos pesados que han marcado la vida de esa organización en los últimos lustros y para encarar el problema de la complicada sucesión de Manuel Fraga a medio plazo.Los cambios efectuados bajo la supervisión directa de Javier Arenas y Mariano Rajoy, secretario y vicesecretario general del PP, han afectado a la cúpula regional y a las direcciones de tres provincias (todas menos Ourense); así como a casi el 50% de los dirigentes de las organizaciones territoriales sin levantar apenas ampollas. La irrupción en puestos relevantes de jóvenes o hasta ahora desconocidos valores políticos responde a una estrategia para abrir el abanico de candidatos a suceder a Fraga, lo que permitiría también al propio Rajoy liberarse de una responsabilidad que hasta ahora se le atribuye en exclusiva.

La dirección del PP trabaja con la vista puesta en Galicia sin prisas, pero sin pausas. En enero próximo se convocará el congreso regional extraordinario que aclamará de nuevo a Fraga como candidato a las elecciones autonómicas previstas oficialmente para octubre de 2001. Pero tanto desde la cúpula del partido en Galicia como en Madrid (así lo quieren Arenas y Rajoy) se apuesta porque se celebren antes del verano, concertamente el 3 de junio. Sostienen que entonces la legislatura estaría ya agotada y que el nuevo Gobierno podría preparar con tranquilidad los presupuestos de 2002.

El PP gallego encargó este verano pasado una encuesta cuyos resultados ratifican el actual escenario político en esa comunidad: los populares disfrutarían de una horquilla de entre 41 y 43 escaños (ahora tienen 42); el Bloque Nacionalista Galego entre 17 y 19 (tienen 18) y los socialistas 12 (uno menos que ahora).

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