"Mi tarea es involucrar a la empresa privada en el museo"

Pablo Otaola (Bilbao, 1953) espera tranquilo pero anhelante el momento en que se haga cargo de la subdirección del Institut Valencià d'Art Modern (IVAM). Será en enero y hasta entonces agota sus días al frente de la sociedad Bilbao Ría 2000, en la que ha dirigido la regeneración de la capital vizcaína en los últimos siete años. A Valencia llegará de la mano de Kosme de Barañano, actual director del IVAM, para desempeñar un cargo de nueva creación. Entusiasmado con el cambio y tras su éxito en Bibao, este ingeniero de caminos "cuadriculado" espera ahora pasear por el mundo del arte, al que su p...

Pablo Otaola (Bilbao, 1953) espera tranquilo pero anhelante el momento en que se haga cargo de la subdirección del Institut Valencià d'Art Modern (IVAM). Será en enero y hasta entonces agota sus días al frente de la sociedad Bilbao Ría 2000, en la que ha dirigido la regeneración de la capital vizcaína en los últimos siete años. A Valencia llegará de la mano de Kosme de Barañano, actual director del IVAM, para desempeñar un cargo de nueva creación. Entusiasmado con el cambio y tras su éxito en Bibao, este ingeniero de caminos "cuadriculado" espera ahora pasear por el mundo del arte, al que su padre le inculcó un gran amor.Pregunta. ¿Cómo va a trasladar su exitosa experiencia en Bilbao a la ciudad de Valencia?

Respuesta. En Bilbao he aprendido más que en toda la carrera. Hemos tratado con todos los partidos políticos, con grupos de vecinos; hemos discutido con arquitectos, con comerciantes. Ha sido una gran experiencia. Valencia se presenta como algo muy diferente. Barañano tiene varios objetivos y uno de ellos es que el museo no sea un sitio al que la gente vaya de vez en cuando sino uno de los centros de vida de Valencia. Por eso una de mis tareas es crear una red privada, involucrar a la empresa privada en el patronato del museo. Un poco lo que se hace en el museo Guggenheim: organización de actos sociales, cenas, que se utilice como una sala más de la ciudad y no sólo como una sala de arte que cuando quieres vas.

P. El IVAM no ha jugado el papel regenerador del barrio del Carmen como se esperaba. ¿Tiene ya alguna idea?

R. Sí. Aunque, sinceramente no lo conozco. He estado una mañana en Valencia. Ví el museo, me paseé, pero no puedo decir que tenga una idea. Pero, bueno, en ese barrio están haciendo muchas cosas y es uno de los centros antiguos más grandes de España. Creo que hicieron una gestión en el IVAM muy atrevida porque fueron a la parte más degradada, donde los resultados tardan más en aflorar. Además, la ampliación prevista del IVAM da más hacia el barrio y eso permitirá una mayor integración.

P. Va a tener que estudiar mucho ¿no?

R. Eso es lo divertido. Una de las cosas que me gusta es aprender. Además, es sólo un tema. En Bilbao, tenemos siete u ocho. Aquí es un edificio, aunque sea una obra de 4.500 millones [presupuesto de la ampliación], palabras mayores. Me apetece mucho el cambio.

P. Valencia está gobernada por el PP. A Bilbao llegó de la mano del entonces ministro socialista José Borrell, más afin con sus ideas. ¿Le plantea alguna dificultad?

R. No digo que sea apolítico porque es una tontería, pero no soy de ningún partido. Si lo que dice es que tengo el sello del PSOE, pues... [risas]. Lo que sí he aprendido es que más que los partidos son las personas. He lidiado con partidos diversos y he visto que en todos hay gente buena, con la que puedo trabajar bien y menos bien. Progresismo o no progresismo, tampoco está tan claro. No conozco a nadie en Valencia pero lo que si sé es que Zaplana ha hecho una apuesta muy clara por Kosme; claro que a mí no me conoce. Ha sido un fichaje técnico. Zaplana ha preguntado a sus asesores y ha elegido a Barañano, que es vasco y que no tiene que ver ni con su partido, ni con nada. Me da igual que sea el PP, el PSOE o el que sea.

P. Barañano se refiere a su cargo como deputy director y dice que no tiene traducción, ¿lo tiene usted más claro?, ¿qué cargo es exactamente?

R. Cuando me lo dijo, yo también le pregunté: "¿No vas a llamarlo así, que es una horterada?". En realidad, es lo que se llama subdirector. Lo que yo he entendido es que es un cargo muy típico de los norteamericanos. En teoría, en el organigrama, tengo todas las áreas. Pero, el deputy yo lo interpreto como el teniente de alcalde, que sustituye al alcalde cuando no está. En la práctica, la ampliación va a ser más mía; toda la creación de fondos privados, también; la gestión pura y el arte es de Barañano; cada uno va a hacer lo que más sabe. Por ejemplo, yo estoy en la comisión de compra de obra, pero lógicamente hablaré poquito y escucharé mucho. Voy a aprender. Y me encanta el arte, soy un enamorado del arte, que es algo que aprendí de mi padre.