La cultura y las acciones solidarias copan la inversión de los mecenas
El libro El patrocinio y mecenazgo de empresas en su contexto, de Francesca Minguella, Oriol Aguilà y Marc Rabanal, editado por Aedme (Asociación Española para el Desarrollo del Mecenazgo Empresarial), publica los datos de una encuesta realizada a empresas patrocinadoras en 1997. El 62,1% de los encuestados afirma que efectúan patrocinio cultural o solidario por responsabilidad social, aunque el 55,2% reconoce los beneficios de imagen que ello supone. Otra motivación destacada de los mecenas, con el 34,5%, es la voluntad de identificarse con el territorio en el que desarrollan sus ac...
El libro El patrocinio y mecenazgo de empresas en su contexto, de Francesca Minguella, Oriol Aguilà y Marc Rabanal, editado por Aedme (Asociación Española para el Desarrollo del Mecenazgo Empresarial), publica los datos de una encuesta realizada a empresas patrocinadoras en 1997. El 62,1% de los encuestados afirma que efectúan patrocinio cultural o solidario por responsabilidad social, aunque el 55,2% reconoce los beneficios de imagen que ello supone. Otra motivación destacada de los mecenas, con el 34,5%, es la voluntad de identificarse con el territorio en el que desarrollan sus actividades.La encuesta también destaca el gran avance experimentado en España en el campo del mecenazgo cultural y del patrocinio solidario. Si exceptuamos la inversión que las cajas de ahorros se ven obligadas a efectuar por ley, en España las empresas dedicaron al mecenazgo cultural, entre 1996 y 1997, un total de 131 millones de euros, lo cual sitúa al país por detrás de Alemania (300), Italia (208), Francia (165) y Reino Unido (147). A juicio de Minguella, "España está viviendo una situación especialmente destacada en este campo, y a pesar de que parece que todo se reduzca a una cuestión de bonificación fiscal, he podido comprobar que este aspecto no es el determinante en la acción de las empresas".
Otro asunto que resalta el libro es el cada vez más pujante patrocinio solidario. En este ámbito, las empresas se inclinan principalmente hacia el apoyo de la enseñanza y la formación. La ayuda a los discapacitados se encuentra en el segundo lugar, y el patrocinio de las actividades de defensa a los derechos humanos se halla en el tercer puesto de preferencia de las empresas.