Entrevista:CRISTÓBAL HALFFTER

"Nuestra sociedad vive un grave proceso de cretinización"

El prestigioso compositor Cristóbal Halffter (Madrid, 1930) es el director del Campo de Composición de Mollina (Málaga), encuentro anual de jóvenes compositores de todo el mundo, que tras cinco años goza del máximo respeto en el sector. Último patriarca de una familia de músicos, premio Nacional de la Música en 1953, el autor de la polémica ópera Don Quijote cree que la sociedad rechaza la música contemporánea porque en el fondo combate la libertad que da la inteligencia.Pregunta. Fue director del Conservatorio de Madrid, cargo al que renunció en 1966 por disidencias metodológica...

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El prestigioso compositor Cristóbal Halffter (Madrid, 1930) es el director del Campo de Composición de Mollina (Málaga), encuentro anual de jóvenes compositores de todo el mundo, que tras cinco años goza del máximo respeto en el sector. Último patriarca de una familia de músicos, premio Nacional de la Música en 1953, el autor de la polémica ópera Don Quijote cree que la sociedad rechaza la música contemporánea porque en el fondo combate la libertad que da la inteligencia.Pregunta. Fue director del Conservatorio de Madrid, cargo al que renunció en 1966 por disidencias metodológicas. Dice que lo suyo no es la enseñanza. ¿Por qué dirige estos cursos?

Respuesta. Toda persona le debe algo a la sociedad que le ha permitido ejercer su vocación. En mi caso, no ha sido tanto la sociedad española como la europea. Debo devolver eso. Primero, haciendo la mejor música que sé y, luego, poniendo mi experiencia de compositor en manos de los jóvenes a los que pertenece el futuro.

P. ¿Cuáles son las dudas más comunes entre sus alumnos?

R. Se plantean la base de lo que es la creación musical, que es la misma desde Grecia hasta hoy, aunque utilicemos otros lenguajes y materiales. Reduciendo mucho el problema, sería crear unas bases desde las que empezar a crear. Estilísticamente parece que muchos están interesados en descubrir las posibilidades tímbricas ocultas en instrumentos tradicionales que parecían agotados.

P. ¿Tiene el compositor actual más posibilidades que nunca?

R. Más y menos que nunca. Más porque tenemos el pasado a nuestro favor, más instrumentos y posibilidades de difusión. Pero menos, porque la receptividad social está viviendo un grave proceso de cretinización donde nuestro mundo apenas cabe. Nuestras obras son cada vez más sofisticadas y refinadas, en el buen sentido de la palabra, porque eso es inteligencia, pero la sociedad es cada vez más banal. Y hay intereses claros de que esto sea cada vez peor, porque una persona inteligente y cultivada es muy difícil de manejar.

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P. ¿Es la sensibilidad lo fundamental para componer?

R. Hay veces en que la sensibilidad se convierte en sensiblería. Lo único importante es buscar la propia ley y ser fieles a ella. En la composición la libertad total es un desastre. Uno no puede ser democrático sino dictatorial con su propias leyes.

P. Tengo entendido que le interesa mucho el canto de las ballenas.

R. ¡Me apasiona! Si fuese posible llevaría a una a un concierto en directo. Haría falta una mente que pusiese en orden y codificara esos sonidos increíbles, todo ese código de comunicación milenario.

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