El misterioso censo kosovar

Uno de los datos más celosamente guardados ayer por los responsables serbios en Mitrovica era el número de personas censadas con capacidad de votar. "Están todos. Todos se han inscrito en las listas", aseguraba el presidente del colegio electoral San Sava (santo nacional serbio), en las cercanías del puente que divide Mitrovica en una mitad serbia y otra albanesa. "¿Cómo puede nadie hablar de fraude? Todos los nombres son comprobados en la lista y tachados. Nadie puede votar dos veces. Los votos van a ser recontados en presencia de los representantes de todos los partidos", se indignaba. Sin e...

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Uno de los datos más celosamente guardados ayer por los responsables serbios en Mitrovica era el número de personas censadas con capacidad de votar. "Están todos. Todos se han inscrito en las listas", aseguraba el presidente del colegio electoral San Sava (santo nacional serbio), en las cercanías del puente que divide Mitrovica en una mitad serbia y otra albanesa. "¿Cómo puede nadie hablar de fraude? Todos los nombres son comprobados en la lista y tachados. Nadie puede votar dos veces. Los votos van a ser recontados en presencia de los representantes de todos los partidos", se indignaba. Sin embargo, este periodista pudo comprobar cómo no se hacía señal alguna en las listas cuando algún ciudadano votaba. Sobre las diez de la mañana, un presidente expulsa a todos los extranjeros de la sala en la que está la mesa número 7 cuando comienzan las preguntas. ¿Cómo conocerán, por ejemplo, la participación? "No hay problemas con las listas", reitera el responsable del colegio, "incluso están inscritos los albaneses que vivían aquí antes de la guerra. Es todo legal".

"¡Es una vergüenza! ¡Todos los menores de 22 años han sido borrados de las listas!", exclamaban tres jóvenes en las escaleras del colegio electoral Mijailo Petrovich Alas, el otro centro de votación en Mitrovica. Su protesta atrajo la atención de cámaras y reporteros, y entonces un hombre de mediana edad comenzó a increpar a una muchacha del grupo acusándola de "querer hacer daño a Yugoslavia". "Es lógico lo que está pasando", decía sonriendo Dragana, otra chica. "Los jóvenes estamos por el cambio, queremos estar en Europa y salir de esta situación, por eso votamos a Kostunica. Los mayores votan a Milosevic. No hemos desaparecido del censo por error". "Yo tengo 20 años y he podido votar", rebatía una estudiante. "Lo que ocurre es que hay alborotadores que no quieren que gane Milosevic, pero lo hará. Milosevic hará que Kosovo vuelva a ser de los serbios y, los albaneses, expulsados".

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