Entrevista:JUAN CARLOS IRIZARPIANISTA

"En la música hay mucho libro carca, de aburrimiento total"

Comienza el nuevo curso académico y muchos estudiantes de música tendrán que enfrentarse a un viejo handicap, la falta de material didáctico conectado con la música moderna que ellos han escuchado. Para paliar dicha carencia, Juan Carlos Irizar (Oñati, 1951) acompañará el próximo mes el lanzamiento de su décimoséptimo elepé, Ametsen artean, con la edición de un nuevo libro en el que recoge partituras para piano, guitarra y voz, tanto de sus piezas originales como de temas de Alaitz eta Maider, Gozategi y Benito Lertxundi. Así, el pianista continúa adentrándose en la senda de investigaci...

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Comienza el nuevo curso académico y muchos estudiantes de música tendrán que enfrentarse a un viejo handicap, la falta de material didáctico conectado con la música moderna que ellos han escuchado. Para paliar dicha carencia, Juan Carlos Irizar (Oñati, 1951) acompañará el próximo mes el lanzamiento de su décimoséptimo elepé, Ametsen artean, con la edición de un nuevo libro en el que recoge partituras para piano, guitarra y voz, tanto de sus piezas originales como de temas de Alaitz eta Maider, Gozategi y Benito Lertxundi. Así, el pianista continúa adentrándose en la senda de investigación abierta con sus dos últimos discos, tarea que le ubica entre el clasicismo y la modernidad y que él compagina con su condición de profesor de música en Zestoa y de director de la Banda Municipal de Galdakao y de un coro de voces blancas de Monfragón. Pregunta. En sus tres últimos discos recoge material ajeno. ¿Qué hay que interpretar cuando un compositor curtido recurre a otros?

Respuesta. Bueno, es que hay temas de otros autores que no se han utilizado porque se piensa que no tienen calidad, y yo los rescato para demostrar que se pueden escuchar, sin letra y sin nada, porque son preciosos. Pero eso no quiere decir que mi fuente de inspiración se haya terminado, ni mucho menos. Hago temas casi todos los días, porque para mí hacer música es como respirar. Me encanta escribir y componer, pero pienso que tengo que homenajear, de alguna manera, a otros artistas de aquí cuyos temas me gustan.

P. ¿Considera que los años ochenta es una época musical discriminada en Euskadi, quizá porque se piensa que hubo más reivindicación que arte?

R. Sí, a eso me refiero. Muchos no se dan cuenta de que se hicieron temas preciosos. Profesionales de formación clásica, como yo, no le dan importancia, y eso es tener poco respeto a la música y a muchos creadores vascos que ya son clásicos, como Benito Lertxundi, Xabier Lete, Mikel Laboa... Parece que lo clásico siempre ha tenido que ser una cosa diferente a todo el resto, y no es así.

P. ¿Lo de complementar sus discos con la edición de libros de partituras era una vieja idea suya?

R. Pues sí. Quiero que las personas tengan acceso a otros libros que no sean meramente de técnica para estudios, que uno pueda divertirse o pasar un rato agradable aprendiendo. Sobre todo los jóvenes. Como ando mucho por los pueblos, siempre he ido repartiendo partituras que he hecho en casa, pero me he cansado de dar manuscritos. Por eso he preparado unos libros que a muchas musika eskolas y conservatorios les van a venir estupendamente por recoger temas a los que no se tiene acceso al no haber partituras.

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P. ¿Es esa la principal carencia que encuentra en el actual sistema de enseñanza de la música?

R. Sí. No hay libros pedagógicos que gusten y estén encaminados hacia los jóvenes. Hay mucho libro carca, de un aburrimiento total. Pido perdón si esto ofende a alguien, pero yo también soy de conservatorio y tengo que reconocer que hay muchos libros que son muy buenos para técnica, pero tocar continuamente lo mismo aburre a cualquiera.

P. Hace dos años dijo que era una pena que su música no se escuchara más, que le daba rabia escribir tanta música y no ser muy conocido. ¿Ha cambiado la situación?

R. Bueno, tal y como está el panorama, tampoco me preocupa mucho eso de ser más o menos conocido. Sí el que se escuche más mi música, que al ser instrumental se dice que no está muy de moda. Pero el problema que veo en Euskadi es que se favorece siempre a un sector y una serie de gente, y muchos de ellos son muy malos músicos. Éste es el único sitio donde no se sabe diferenciar quién es el profesional de la música y quién el aficionado. Así vamos a tener un montón de músicos profesionales en paro y un montón de aficionados que viven de puta madre. Sobre todo en los pueblos.

P. ¿El objetivo último de su obra es relajar al oyente?

R. Sí. Creo que lo único que hace mi música es tranquilizar, que te puedas sentir a gusto en un momento determinado, no romper lo que en ese momento estás sintiendo, escuchando o leyendo. Es una música para acompañar en cualquier situación. Y sobre todo, para enternecer y sensibilizar a cualquier persona.

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