Tribuna:FÚTBOL La resaca de la jornada

Mandan Raúl y Rivaldo

Aun cuando se ha invertido mucho dinero e incluso los dos grandes han cambiado de presidente, el campeonato ha comenzado con una sensación de mayor proximidad que de novedad. Puede que sea porque los entrenadores son en su mayoría españoles o porque los resultados de la primera jornada suenan a sabidos, pero no hay grandes cosas que contar.Los nuevos equipos, los que han subido parecen tan lejanos que podría decirse que continúan en Segunda, pues salieron goleados en su estrenos, de la misma manera que los que bajaron no encuentran acomodo fuera de Primera, a excepción del Sevilla, el club que...

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Aun cuando se ha invertido mucho dinero e incluso los dos grandes han cambiado de presidente, el campeonato ha comenzado con una sensación de mayor proximidad que de novedad. Puede que sea porque los entrenadores son en su mayoría españoles o porque los resultados de la primera jornada suenan a sabidos, pero no hay grandes cosas que contar.Los nuevos equipos, los que han subido parecen tan lejanos que podría decirse que continúan en Segunda, pues salieron goleados en su estrenos, de la misma manera que los que bajaron no encuentran acomodo fuera de Primera, a excepción del Sevilla, el club que menos ha estado en el escaparate de la nueva Liga.

No es una sorpresa que el Rayo vaya primero, sobre todo si se tiene en cuenta que es un equipo recaudador por naturaleza, así que acostumbra a comenzar muy fuerte para estar a salvo cuando vienen mal dadas. E igual de solventes siguen el Alavés y el Deportivo, acostumbrados a trabajar en el anonimato, o a contra corriente, pese a sus recientes logros.

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Ya se sabía que el Celta tendría más gol con Catanha. Que cualquier cosa podía suceder en un Mallorca-Valladolid o en un Numancia-Oviedo. Y que, aunque sea por tradición futbolística, la Real extrañará que su portero sea sueco, juegue contra el Racing o ante el rival que toque.

Es conocido también que el Espanyol no se rinde nunca, y menos frente a adversarios con inversiones parecidas, como es el Zaragoza. Y puede que el Athletic haya decepcionado, porque se espera que Txextu Rojo le devuelva la cordura futbolística que supo imponer con gusto en equipos como el Zaragoza o el Celta.

Los técnicos, sin embargo, han perdido protagonismo en favor de los jugadores, empezando por el Madrid y el Barça, donde Del Bosque y Serra Ferrer, se presentan sobre todo como intermediarios entre la grada y la cancha. Al madridista le toca racionalizar y al azulgrana, canalizar. En el Bernabéu, el asunto parece estar hoy en procurar que se vea que Figo es feliz y en el Camp Nou se impone hacer saber que al portugués no se le echa en falta.

Mientras dura la cháchara y se acomodan las cosas, Raúl decidió para los blancos contra el Valencia y Rivaldo resolvió en nombre de los azulgrana frente al Málaga. Uno y otro son el santo y seña de sus equipos, sin desmerecer a los demás, comenzando por el propio Figo, que si fue capaz de cumplir con Van Gaal, a buen seguro que corresponderá a las exigencias de Del Bosque.

El problema de Madrid no está precisamente en el campo sino en las áreas de la misma manera que el del Barça se centra en la divisoria y no en las porterías, pese a que Dutruel reza cuando se pone bajo los palos. Uno quiere recogerse para ser regular y ganar la Liga y el otro pretende liberarse para conquistar la Copa de Europa. A la espera de encontrarse en la sexta jornada y dirimir sus diferencias, Madrid y Barça se fían de sus figuras y asumen que los árbitros siguen equivocándose a favor de los grandes. Nada nuevo en el campeonato.

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