Decae el entusiasmo
Simpatizantes y afiliados de Herri Batasuna (HB) tuvieron ocasión de contrastar ayer en las calles de Bilbao la repercusión de su regreso a las posiciones anteriores al Pacto de Lizarra, firmado el 12 de septiembre de 1998 en Estella (Navarra). La manifestación convocada bajo el lema de "Soberanía y Paz" no obtuvo la respuesta entusiasta que acostumbran a recoger los dirigentes de la izquierda abertzale a sus llamamientos y convocatorias de manifestaciones.Incluso los habituales gritos a favor de ETA y sus presos mantuvieron un perfil más bajo que otras veces.
Dirigentes de la coalición...
Simpatizantes y afiliados de Herri Batasuna (HB) tuvieron ocasión de contrastar ayer en las calles de Bilbao la repercusión de su regreso a las posiciones anteriores al Pacto de Lizarra, firmado el 12 de septiembre de 1998 en Estella (Navarra). La manifestación convocada bajo el lema de "Soberanía y Paz" no obtuvo la respuesta entusiasta que acostumbran a recoger los dirigentes de la izquierda abertzale a sus llamamientos y convocatorias de manifestaciones.Incluso los habituales gritos a favor de ETA y sus presos mantuvieron un perfil más bajo que otras veces.
Dirigentes de la coalición independentista y muchos de los asistentes lo atribuyeron al calor reinante en Bilbao, próximo a los 40 grados centígrados.
En su alocución al término de la manifestación, el líder de HB, Arnaldo Otegi, pidió hasta cinco veces "confianza" y "tranquilidad" a su gente ante lo que reconoció como "un momento difícil". También recordó la necesidad de asumir que habrá "sufrimiento" -es decir, atentados y muertos- hasta que el PNV, a quien tendió la mano otra vez, alcance la "madurez" sufiente para sumarse a la apuesta independentista. Y se mostró convecido de que vencerán en su apuesta. "Vamos a ganar la guerra. Por este pueblo", dijo Otegi.