NEGRITAS

Australia

Los políticos granadinos son de vocación internacional. No sólo gestionan con brillantez y altura de miras la cosa pública local, asunto peliagudo en estos tiempos, sino que aprovechan sus descansos o el horario laboral para batallar en la arena de la alta política, la de las relaciones institucionales de medio mundo. Ahí está el ejemplo del anterior alcalde de Granada, el popular Gabriel Díaz Berbel, que hace unos años aprovechó la invitación realizada por un príncipe saudí para irse con su familia y una corte de seguidores a Arabia. Pero no se fue de vacaciones. No. Ni a escote. Fue, ...

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Los políticos granadinos son de vocación internacional. No sólo gestionan con brillantez y altura de miras la cosa pública local, asunto peliagudo en estos tiempos, sino que aprovechan sus descansos o el horario laboral para batallar en la arena de la alta política, la de las relaciones institucionales de medio mundo. Ahí está el ejemplo del anterior alcalde de Granada, el popular Gabriel Díaz Berbel, que hace unos años aprovechó la invitación realizada por un príncipe saudí para irse con su familia y una corte de seguidores a Arabia. Pero no se fue de vacaciones. No. Ni a escote. Fue, y lo dijo él, con la misión de vender aviones de combate (¿o eran comerciales?) al Gobierno saudí. No vendió ninguno y el Gobierno central desmintió la información. Pero empeño le puso. Como un grupo de representantes de la Diputación Provincial que se fue a Cuba a regalar un busto de Federico García Lorca del que nunca más se supo.Ahora el concejal de Cultura, Turismo y Deportes, el andalucista Jesús Valenzuela, se va a Australia, a Sydney, a promocionar la candidatura de Granada a los Juegos Olímpicos de Invierno de 2010. Cuchipanda oficial. La cosa tiene su justificación, porque la otra ciudad que compite por organizar esos mismos Juegos ese mismo año es Jaca, que galopa y corta el viento caminito de Jerez. Y sus representantes se van a Australia a hacer relaciones públicas. Granada no va a ser menos. El caso es que de Arabia Saudí a Australia, pasando por Cuba, los políticos locales tienen el globo a sus pies.

Lo que no acaba de entenderse es, si se hacen esos viajes para una cosa que será o no será dentro de diez años, cómo no se le ha ocurrido a nadie todavía enviar un concejal a Nueva York para ver cómo solucionarían allí lo del Rey Chico, o por qué el Ayuntamiento no ha celebrado ningún pleno en el Mar de la Tranquilidad, es decir, en la Luna, con lo que la Luna le gustaba a Lorca. Molaría mogollón oír a Valenzuela decir: "Éste es un pequeño viaje de representación para un hombre, pero un salto de gigante para la candidatura de Granada a lo de 2010". Aunque tampoco van a la zaga Alfredo Sánchez Monteseirín y Alfonso Seoane, que se vuelan a Sydney a representar la no-candidatura de Sevilla de sus no-juegos olímpicos. Pero es que los sevillanos, ya se sabe, siempre están un paso más allá. Ésos sí que dan saltos de gigante para la Humanidad.

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