La Diputación mantiene la fecha de octubre de 2001 para la inauguración del nuevo museo

Si los plazos que maneja la Diputación alavesa se cumplen, el Centro de Arte Contemporáneo de Vitoria abrirá sus puertas en octubre del próximo año. Así lo espera el diputado foral de Cultura, Pedro Sancristóval, quien considera que una infraestructura cultural de esta envergadura debe conjugar la faceta expositiva con una función didáctica, algo que a su juicio se viene llevando a cabo en el viejo Museo de Bellas Artes desde hace 25 años. Aunque todavía no se han definido los contenidos que tendrá la exposición permanente del nuevo museo, su núcleo van a ser las obras maestras que se ofrecían...

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Aportaciones privadas

Si los plazos que maneja la Diputación alavesa se cumplen, el Centro de Arte Contemporáneo de Vitoria abrirá sus puertas en octubre del próximo año. Así lo espera el diputado foral de Cultura, Pedro Sancristóval, quien considera que una infraestructura cultural de esta envergadura debe conjugar la faceta expositiva con una función didáctica, algo que a su juicio se viene llevando a cabo en el viejo Museo de Bellas Artes desde hace 25 años. Aunque todavía no se han definido los contenidos que tendrá la exposición permanente del nuevo museo, su núcleo van a ser las obras maestras que se ofrecían en el Bellas Artes, completadas con otras que estaban almacenadas por falta de espacio. "Está claro que el Museo de Bellas Artes tiene la colección más amplia y antigua de arte contemporáneo de España después de la de la del Museo de Cuenca; y además está catalogada en su integridad, pese a que estamos hablando de 1.200 obras, algo que es inusual en muchos lugares.". Sancristóval considera además que, desde un punto de vista enciclopédico, en este repertorio se encuentra el mejor reflejo de la creación de los últimos 50 años, por delante de los fondos que posee el Centro de Arte Contemporáneo Reina Sofía de Madrid .

El núcleo clave de esta colección de pintura y escultura se exhibirá en la sala principal, de 1.500 metros cuadrados de superficie. Esta exposición permanente, que acogerá las obras de Picasso, Miró, Dalí, Juan Gris, Tapies, Canogar, Chillida, Oteiza, Gargallo, entre otros grandes creadores, se completará con otra instalada en la segunda sala de mayor tamaño (1.200 m2), en la que se presentarán muestras temporales de carácter temático procedentes exclusivamente o completadas con obras de otras colecciones, así como muestras itinerantes. Además, habrá otros dos espacios menores (de 600 y 300 m2) que se emplearán para muestras temporales.

Para dirigir este centro expositivo, didáctico e investigador (está prevista la firma de un convenio con la Universidad del País Vasco para impulsar estos dos últimos apartados), la Diputación está barajando la figura de un gestor, cuyo nombre se dará a conocer en septiembre. "El director tiene que ser una persona que dirija, no que toque los instrumentos. Para eso ya están las seis comisiones que atenderán cada aspecto del museo. Y además deberá ser una persona que tenga una capacidad de gestión, porque la cifra que va a manejar será de unos 500 millones anuales, pero él tiene que hacer lo posible para que llegue a los 750", insiste Pedro Sancristóval.

El dinero necesario para completar el presupuesto hay que buscarlo fuera, en las empresas e instituciones no públicas que tienen sede en Álava, aunque no se descarta trabajar con otras del resto del País Vasco y España. "Hay que utilizar las normativas fiscales y de patrimonio que propician esa colaboración. Es la única solución no sólo para conseguir el dinero, sino para que museo y sociedad sean una misma cosa", señala Sancristóval. "Hay una sociedad que tiene que sentirse responsable del museo. No podemos tener un museo que tenga que ver sólo con una pequeña parte de la sociedad", insiste. Según Sancristóval, el museo no se va a plantear para una élite intelectual, porque la inversión de 3.000 millones que supondrá el nuevo museo, financiados principalmente por la Diputación y el Departamento de Cultura del Gobierno vasco, procede de los recursos públicos. Esta es una de las razones que esgrime para apostar por un director con perfil de economista. Según el diputado, el perfil clásico de director de museo centrado sobre todo en los aspectos artísticos no cuadra en el centro previsto en Vitoria. "Me interesa un director que hable y negocie con empresas e instituciones. Los directores de formación más humanística muchas veces no están excesivamente preparados en estos temas", asegura el diputado.

Sin embargo, artistas plásticos y otras personalidades de la cultura alavesa no comparten esta postura por "reduccionista". "Se puede entender el deseo de la Diputación de que participe la iniciativa privada, pero un centro de arte tiene que estar dirigido por alguien que sepa del asunto, no de cuadrar balances. Ese perfil económico está bien para un asesor del director, pero no para éste", señala un responsable cultural que prefiere mantener el anonimato.

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Entre las vanguardias y la última creación

El nuevo museo de Vitoria pasará a nutrir la interesante oferta de arte contemporáneo del País Vasco. Además de ofrecer al público ese compendio del arte español contemporáneo que es la colección del Museo de Bellas Artes de Álava, el futuro centro también tendrá un espacio para las últimas corrientes artísticas, sin olvidar talleres y seminarios. "Más que un museo va a ser un auténtico centro de arte contemporáneo, que continuará el trabajo divulgativo que ya veníamos realizando en el Bellas Artes", afirma Pedro Sancristóval. No hay referentes en el exterior (el IVAM valenciano y otros centros autonómicos dedicados a la creación actual), ni tampoco se pretende buscar un hueco entre el resto de los espacios artísticos vascos. El diputado se remite al trabajo que se ha venido realizando en el Museo de Bellas Artes y la sala Amárica. Las aportaciones de esta última son destacadas por Santi Eraso, responsable de Arteleku de San Sebastián, quien considera que el "equipo humano que hasta ahora ha venido trabajando ha demostrado un rigor y una coherencia admirables" y debe contarse con él. Eso sí, Eraso estima que los nuevos espacios dedicados a la creación tienen que estar abiertos "al arte actual, al diálogo con otras disciplinas como la música, el urbanismo o la moda".

Javier González de Durana, responsable de la bilbaína sala Rekalde, también considera que no hay inflación en la oferta artística en el País Vasco, pese a considerarla "excepcional para un país de dos millones y medio de habitantes". Por ello, cree que el futuro museo de Vitoria tiene la posibilidad de atender campos hasta ahora han estado desatendidos, como "presentar a los artistas decisivos y secretos que impulsaron las vanguardias, pero que no han alcanzado la fama mediática de otros".

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