Un "crucero tan gallego"

La reforma de la plaza de Benavente resucitará un símbolo gallego que se escondía entre la grisura de un espacio urbano degradado en los últimos años por la hegemónica presencia de autobuses de la Empresa Municipal de Transportes, un aparcamiento subterráneo que devora miles de coches al día y numerosos giros para que los vehículos dominen la escena."Este crucero tan gallego", señala el aparejador Manuel Ortega, del estudio del arquitecto Luis del Rey, reformador de la plaza, "que ocupaba anteriormente una zona apenas visible de la plaza, ha sido trasladado a la entrada de Benavente", dice. Ma...

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La reforma de la plaza de Benavente resucitará un símbolo gallego que se escondía entre la grisura de un espacio urbano degradado en los últimos años por la hegemónica presencia de autobuses de la Empresa Municipal de Transportes, un aparcamiento subterráneo que devora miles de coches al día y numerosos giros para que los vehículos dominen la escena."Este crucero tan gallego", señala el aparejador Manuel Ortega, del estudio del arquitecto Luis del Rey, reformador de la plaza, "que ocupaba anteriormente una zona apenas visible de la plaza, ha sido trasladado a la entrada de Benavente", dice. Manuel Ortega ofrece sus explicaciones mientras señala un típico hito de los que pueblan los cruces de caminos en Galicia. Está vallado con verjas metálicas. "Sin ellas, aquí no duraría una semana", se lamentan los técnicos.

Detrás mismo de ese "crucero tan gallego" que ahora preside el espacio urbano, un gran cartel anuncia el Centro Gallego de Madrid.

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