Tribuna:TOUR 2000 Cuarta etapa.- CORRESPONSAL EN EL PELOTÓN

Un día duro, exigente

Desde el primero hasta el último, desde Alex, que es el dorsal 11, hasta Orlando, el 19, lo hemos dado todo, hemos acabado de forma agónica, esprintando, casi tragándonos la rueda del de delante, con las piernas llenas de ácido, doloridas, agarrotadas, con sabor a sangre en la boca. Sí, lo hemos dado todo, pero para lo que ha servido. Evidentemente no ha sido suficiente para que acabáramos más cerca.El día ha sido muy exigente y duro. Cuando ensayamos la contrarreloj por equipos, el miércoles pasado, el viento nos daba de espalda. Todos fuimos optimistas. El día de la verdad, no, el día en que...

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Desde el primero hasta el último, desde Alex, que es el dorsal 11, hasta Orlando, el 19, lo hemos dado todo, hemos acabado de forma agónica, esprintando, casi tragándonos la rueda del de delante, con las piernas llenas de ácido, doloridas, agarrotadas, con sabor a sangre en la boca. Sí, lo hemos dado todo, pero para lo que ha servido. Evidentemente no ha sido suficiente para que acabáramos más cerca.El día ha sido muy exigente y duro. Cuando ensayamos la contrarreloj por equipos, el miércoles pasado, el viento nos daba de espalda. Todos fuimos optimistas. El día de la verdad, no, el día en que contaba el tiempo el aire nos ha dado de cara, y encima ha soplado más fuerte. Ello ha aumentado el desgaste y ha exagerado las diferencias con otros equipos. Se ha visto, además, que no estábamos tan compenetrados como creíamos para este tipo de carreras. Yo creo que eso ha sido la causa principal de que hayamos perdido más de cuatro minutos. Como se vio en la contrarreloj del primer día y luego estos otros días, que íbamos a gusto por delante en el pelotón, hemos llegado bien al Tour. O por lo menos mejor de lo que pueda decir el resultado éste. Pero la contrarreloj por equipos es una especialidad muy dura, que requiere mucha preparación y es muy complicada de ejecutar a la perfección.

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Así que aquí estamos ahora, como el año pasado después de la caída de Gois, enfrentados a un Tour al que hay que darle la vuelta, cabizbajos y decaídos, buscando excusas para alegrarnos. Nada, como el año pasado. No sólo lejos de Jalabert u Olano, pero también con Alex a más de tres minutos de Armstrong y Ullrich. Y ello, como quien dice, casi sin haber empezado el Tour. Una excesiva desventaja.

Tendremos que animarnos. Sabemos que ahora tendremos que salir a pelear todos los días. El Tour no perdona un mal día, así que esperemos que para nosotros ya haya pasado lo peor. Esperemos que a los demás también les llegue su día malo. Pero es que hasta hemos perdido tiempo con Pantani...

Tendremos que animar a Alex, ser optimistas con él, recordarle que el año pasado peor estaba la cosa y, sin embargo, fue capaz de darle la vuelta al asunto. Y que por qué no se puede repetir la historia. A ver, a ver...

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