Desarticuladas dos bandas que robaron unos 250 coches de lujo

Los agentes de la Unidad Central de la Policía Judicial han desmantelado dos poderosas bandas dedicadas al contrabando de coches de lujo robados. Los delincuentes se dedicaban a la sustracción masiva de vehículos de gran cilindrada como Mercedes, Audi o BMW en la zona norte de Madrid, según la Dirección General de Policía. Ésta calcula que ambas organizaciones han sustraído 250 vehículos en los últimos meses. Los ladrones empleaban una nave en la finca La Botella para esconder y manipular los coches. En la operación, realizada por la Sección de Tráfico Ilícito de Vehículos, hay seis detenidos....

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Los agentes de la Unidad Central de la Policía Judicial han desmantelado dos poderosas bandas dedicadas al contrabando de coches de lujo robados. Los delincuentes se dedicaban a la sustracción masiva de vehículos de gran cilindrada como Mercedes, Audi o BMW en la zona norte de Madrid, según la Dirección General de Policía. Ésta calcula que ambas organizaciones han sustraído 250 vehículos en los últimos meses. Los ladrones empleaban una nave en la finca La Botella para esconder y manipular los coches. En la operación, realizada por la Sección de Tráfico Ilícito de Vehículos, hay seis detenidos.La banda falsificaba la documentación de los vehículos sustraídos para venderlos en Marruecos y en países de Europa del Este. Uno de los recuperados por la policía es el BMW 750 blindado del director del diario El Mundo, Pedro J. Ramírez, que la banda pretendía vender por cinco millones en la Costa del Sol, tras un intento de venta fallido en Rusia. A Ramírez le robó el coche un individuo en la noche del 24 de abril aprovechando que un escolta estaba buscando algo en el maletero del vehículo.

Vehículos caros y nuevos

Los ladrones patrullaban las calles de las zonas residenciales o de negocios de Madrid en busca de vehículos atractivos. Sus preferidos eran los vehículos caros nuevos. Se comunicaban entre sí a través de una emisora de radio. Cuando descubrían un automóvil que les interesaba, se daban el aviso y montaban un dispositivo para robarlo.

El método del descuido era el que empleaban para hacerse con los coches. Esperaban el instante en el que el dueño del vehículo no prestaba atención al coche, abrían la puerta, se sentaban en el asiento del conductor, lo arrancaban y huían a toda velocidad. Era el único método que tenían para robar este tipo de vehículos de lujo, que tienen un sistema de seguridad por el que el encendido electrónico del coche queda desconectado si no tiene la llave de contacto metida en la ranura. Sólo en el distrito de Chamartín sustrajeron 37 vehículos por este procedimiento.

Si el vehículo carecía de este sistema de seguridad, lo robaban de la manera tradicional: lo abrían, le hacían un puente para arrancarlo y serraban el volante para quitar la barra de seguridad. El ladrón se dirigía en el vehículo robado a la finca rústica La Botella, de Leganés, en las inmediaciones del Parque de Butarque. Allí lo aparcaba y aguardaba hasta que se hacía de noche para meterlo en una nave de unos mil metros cuadrados, un taller camuflado en el que cambiaban las matrículas y el aspecto externo del vehículo. La policía halló en el taller clandestino sierras radiales, lijadoras, sierras eléctricas, taladradoras, pinturas industriales y demás material para maquillar el coche robado.

Los ladrones falsificaban la documentación de los vehículos con papeles oficiales presuntamente sustraídos en Bulgaria.

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