La Bolsa de Nueva York se olvida de los quebrados y acoge los decimales

La globalización ha llegado a la Bolsa de Nueva York. El dios dinero tiene su catedral en Wall Street y hacia esa meca se vuelven todas las miradas del mundo financiero e industrial para leer en la imparable cinta de cotizaciones fracciones de medios, octavos, decisiesavos, treintaidosavos y sesentaicuatroavos de dólar. Una locura que tiene sus horas contadas. A partir del 5 de septiembre, la bolsa neoyorquina empezará a enterrar dos siglos de tradición, se dejará de florituras y cotizará en prosaicas fracciones decimales, como en todo el mundo.No hay nostalgia en Wall Steeet por la pérdida de...

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La globalización ha llegado a la Bolsa de Nueva York. El dios dinero tiene su catedral en Wall Street y hacia esa meca se vuelven todas las miradas del mundo financiero e industrial para leer en la imparable cinta de cotizaciones fracciones de medios, octavos, decisiesavos, treintaidosavos y sesentaicuatroavos de dólar. Una locura que tiene sus horas contadas. A partir del 5 de septiembre, la bolsa neoyorquina empezará a enterrar dos siglos de tradición, se dejará de florituras y cotizará en prosaicas fracciones decimales, como en todo el mundo.No hay nostalgia en Wall Steeet por la pérdida de una tradición centenaria, de cuando el dinero se denominaba en piezas de a ocho. Pero sí ha habido resistencia al cambio. Ya en 1997, un subcomité de Comercio de la Cámara de Representantes recomendó el tránsito de los quebrados a los decimales. Wall Street lo aceptó y aparentemente de tan buen grado que los legisladores aparcaron la ley. Los gestores de la Bolsa engañaron a los políticos, que se han quedado sin paciencia. "Hemos esperado pacientemente durante tres años y hemos escuchado toda clase de excusas", dice un legislador, que ha votado porque se acabara el cuento. A partir del 9 de abril de 2001, todos los mercados deberán funcionar con decimales.

En el país de lo gigantesco -los litros de otras partes del mundo en Estados Unidos se llaman galones y son 3,78 veces más grandes; los kilómetros se llaman millas y miden 1,6 kilómetros, por no hablar de las temperaturas, donde 100 grados Fahrenheit son 38 centígrados-, el cambio a los modestos y comprensibles decimales va a empezar a modo de prueba a partir del 5 de septiembre en la Bolsa de Nueva York.

Los problemas del Nasdaq

En el país de las paradojas, es apropiado que el Nasdaq, donde cotizan las empresas de alta tecnología, no pueda trabajar con decimales hasta el año que viene... por problemas con sus ordenadores. Esa incapacidad es la que ha llevado a retrasar hasta 2001 un sistema de cotización que debía entrar en vigor el próximo 3 de julio. Al Nasdaq le han echado un rapapolvo por gastarse 37 millones de dólares en autopromoción con una pantalla en Times Square y no haber puesto en orden la casa.

La experiencia decimal empezará con medio centenar de compañías que cubren todo el espectro de posibilidades, grandes y con mucho volumen de negocio y pequeñas y calladas, en sectores muy activos y en otros más calmos. Todavía no están seleccionadas las sociedades y no se ha oído de ninguna que se haya ofrecido voluntaria.

"Deberían estar peleándose por participar en el programa piloto, que va a beneficiar a sus inversores, que tendrá menores costes", dice Steven Wallman quien fuera presidente de la comisión del mercado de cambios de 1994 a 1997.

Se estima que el paso de quebrados a decimales ahorrará cada día a los inversores tres millones de dólares en pago de comisiones, al aplicarse sobre cotizaciones más ajustadas en las diferencias entre comprados y vendedor. Las cotizaciones empezarán variando de centavo en centavo, aunque el Nasdaq era partidario de que se modificaran de cinco en cinco centavos.

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