Reportaje:EMPRESAS Y EMPRESARIOS

Tras los pasos de un gigante

A los 32 años de edad Juan José Trilles dejó atrás un brillante porvenir como ingeniero industrial en la compañía estadounidense Standar Oil Company y regresó a Gandia, su ciudad natal.El paso por la multinacional norteamericana, después de trabajar en la refinería petrolífera Esso Petróleos Españoles, no había respondido a sus aspiraciones: "me hizo ver que los estamentos de mayor poder económico tienden a enriquecerse a costa de los menos favorecidos, y esto no concordaba con mis principios". Reunió el dinero suficiente y regresó a España. Eran los primeros años setenta, y la informática, un...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

A los 32 años de edad Juan José Trilles dejó atrás un brillante porvenir como ingeniero industrial en la compañía estadounidense Standar Oil Company y regresó a Gandia, su ciudad natal.El paso por la multinacional norteamericana, después de trabajar en la refinería petrolífera Esso Petróleos Españoles, no había respondido a sus aspiraciones: "me hizo ver que los estamentos de mayor poder económico tienden a enriquecerse a costa de los menos favorecidos, y esto no concordaba con mis principios". Reunió el dinero suficiente y regresó a España. Eran los primeros años setenta, y la informática, un sistema tecnológico incipiente y precario, empezaba a dar sus primeros pasos. Trilles se incorporó a un grupo de empresas de Valencia y entró en contacto con el tratamiento automático de la información, una técnica que había descubierto en los EE UU pero que en España era todavía una gran desconocida.

En 1974 decidió emprender su propio negocio y fundó una empresa dedicada al desarrollo de programas informáticos de gestión empresarial, hechos a la medida de sus primeros clientes, negocios locales que se atrevieron a apostar por las nuevas tecnologías de la automatización. Lo que empezó siendo "una afición y un negocio sin ánimo de grandes pretensiones empresariales", acabó convirtiéndose en una de las compañías pioneras en España en el desarrollo de software para pequeñas y medianas empresas, que unos años después se consolidó con el nombre de Dimoni (Diseños y Montajes Informáticos). "Nuestros orígenes fueron muy idealistas, sin el empuje de querer hacer una empresa grande, sino de hacer las cosas bien hechas y que fueran innovadoras", comenta Trilles.

De los primeros productos adaptados a las características y demandas de cada cliente surgió la idea de crear "programas de contabilidad estandars", que fueran válidos para todas las empresas. El advenimiento del PC, el salto cualitativo de la informática a los ordenadores personales, más pequeños y accesibles económicamente, y del sistema MS DOS de Microsoft revolucionó la microinformática.

Dimoni empezó a trabajar en la programación de un paquete universal de contabilidad y así nacería Diconta, el primer producto original que la firma lanzaba al mercado, dirigido a la gestión económica y financiera de las empresas. "Yo era ingeniero industrial y carecía de formación contable, por lo que no seguimos el sistema tradicional de contabilidad. Desarrollamos un programa que, una vez introducidos los asientos en el Diario, permitía tener a tiempo real toda la información contable como el Mayor o los balances de situación, ya que se construían de manera instantánea", señala Trilles, responsable del diseño de Diconta. El sistema facilitaba las tareas de contabilidad de las empresas y fue todo un éxito, pronto adoptado por la competencia.

La firma amplió sus productos con el diseño de nuevos programas de software, que simplificaban tareas como la facturación, gestión comercial y la producción, e ideó un tratamiento de texto.

El despegue de la informática y su incorporación generalizada en empresas y hogares harían el resto y facilitarían el desarrollo de la compañía.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Hoy, Dimoni cuenta con 120 trabajadores y más de 45.000 clientes son usuarios de sus paquetes de software.

La empresa dispone de delegaciones propias en Madrid, Barcelona, Sevilla, Logroño, León, Mallorca y Tenerife, y más de 300 concesionarios oficiales para la distribución de sus productos. Una treintena de universidades españolas utilizan, como instrumento de enseñanza, en las cátedras de Contabilidad y Economía Financiera, los programas diseñados por esta empresa gandiense.

¿Cuáles son las claves del éxito? "La creatividad y una filosofía de trabajo siempre preocupada por mantener la calidad de los productos", asegura Trilles.

Incorporación a la multinacional Exact

El pasado mes de febrero Dimoni Software, SL, anunció su integración a la empresa holandesa Exact Holding N.V., considerada como la segunda compañía mundial en el desarrollo de software de gestión para empresas de medio y alto rango.La multinacional adquirió el 100% de la empresa gandiense, principalmente mediante el intercambio de acciones. Juan José Trilles niega los rumores que apuntan a que la operación fue una compra "encubierta" por parte de la firma holandesa, y asegura que Dimoni mantendrá su nombre, la gestión interna y la comercialización de la producción propia, pero adquirirá, con su incorporación a Exact, "una mayor dimensión internacional". La unión permitirá además el intercambio tecnológico, de tal manera que Exact se beneficiará de la más avanzada tecnología de Dimoni en la creación de paquetes de software financiero y logístico enfocados a la mediana empresa, y Dimoni aprovechará las innovaciones desarrolladas para Internet en Exact, como el comercio electrónico y e-business.

Nuevos productos

Ambas empresas trabajan ya en el lanzamiento de los nuevos productos de Dimoni, comercializados con los nombres Gen, programa de gestión económica y logística de la producción para empresas de rango medio y alto, y Diamante, dirigido a las Pymes. Estas aplicaciones se integrarán en B@co, el primer producto de Exact para Internet.

Las dos compañías pretenden asimismo potenciar su presencia comercial en Madrid y Barcelona, centros neurálgicos de la economía nacional, y ampliar su proyección mundial.

Trilles asegura que Dimoni es ahora "la pata de un gigante", una posición que "garantiza su permanencia en un sector tan competitivo como el de la informática". Sobre el futuro, es más cauto, y aunque no duda en reiterar que la compañía "seguirá manteniendo su independencia", asume que, a largo plazo, "la situación podría cambiar". Mientras tanto, asegura, "Dimoni continuará garantizando calidad a sus clientes y manteniendo su filosofía original".

Archivado En