Lecciones de Fisac

"Cuando se hace un proyecto hay que trabajarse al propietario como [lo haría] un sastre: tomarle las medidas, hacer lo que te pide y luego tratar de convencerle para que acepte tu planteamiento estético". Con estas palabras, el arquitecto Miguel Fisac, autor de La Pagoda, el edificio de la carretera de Barcelona derribado en julio del año pasado ante la indiferencia del Ayuntamiento de Madrid, explicó ayer la génesis de los Laboratorios Made a un grupo de estudiantes, arquitectos y curiosos que le acompañaron toda la mañana para conocer su obra.Fisac mostró a un centenar de personas los Labora...

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"Cuando se hace un proyecto hay que trabajarse al propietario como [lo haría] un sastre: tomarle las medidas, hacer lo que te pide y luego tratar de convencerle para que acepte tu planteamiento estético". Con estas palabras, el arquitecto Miguel Fisac, autor de La Pagoda, el edificio de la carretera de Barcelona derribado en julio del año pasado ante la indiferencia del Ayuntamiento de Madrid, explicó ayer la génesis de los Laboratorios Made a un grupo de estudiantes, arquitectos y curiosos que le acompañaron toda la mañana para conocer su obra.Fisac mostró a un centenar de personas los Laboratorios Made, construidos entre 1959 y 1960 en hormigón, y el colegio de la Asunción, de 1965, situado en la avenida de Burgos. El arquitecto contó con humor sagaz cómo logró realizar sus primeras obras en hormigón visto, un material considerado como poco noble en aquella época. Recordó las dudas de los propietarios y habló de las técnicas empleadas y de las soluciones adoptadas, como la rampa de 15 grados, inspirada en la Giralda, que construyó en el colegio de la Asunción.

Fisac describió también su método de trabajo. "Cuando me encargan una obra, me dan un presupuesto y un sitio, y empiezo a trabajar. La sensibilidad creativa tiene que desarrollarse sólo al final, porque si no significa que ya tienes las formas en la cabeza, y esto se llama copiar", dijo. "Para mí, hacer un proyecto es como ver una película de Hitchcock, donde los últimos planos son los que dan el desenlace", añadió.

A los jóvenes arquitectos les aconsejó que se enfrenten a cada proyecto con la mente en blanco. "Cada vez que comiences un proyecto, no pienses en lo que vas a hacer, sino 'a ver qué sale'. A mí, con este método, me salió la planta de la iglesia de los dominicos, una hipérbola que era lo último que hubiera hecho desde un punto de vista formal".

A la pregunta sobre su obra favorita, Fisac no tuvo dudas. "La que voy a hacer", contestó, entre las risas de los presentes. "Y además es verdad", puntualizó este arquitecto de 86 años, quien explicó que está realizando un nuevo proyecto: un polideportivo en Getafe que tendrá "una viga de hormigón pretensado de 51 metros".

"Me gustó mucho, porque ha contado cosas concretas sobre sus edificios: cómo se construye, los problemas que tuvo, dónde pasan las goteras o si funcionan las vigas a lo largo del tiempo. Son cosas que no aparecen en los libros", dijo Sonia, una estudiante de arquitectura que participó en la visita. "Fisac es el primer arquitecto a quien oí hablar cuando empecé la carrera", dice Paco, otro estudiante de 18 años. "Me gustó mucho y al día siguiente me compré este libro", añadió, refiriéndose al tomo que llevaba consigo. "Es el primer libro de arquitectura que he comprado".

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