Los socialistas comienzan el congreso que consolidará a Maragall como líder del PSC

Los socialistas catalanes comienzan hoy su noveno congreso, preparado cuidadosamente para entronizar a Pasqual Maragall como líder del PSC y con la vista puesta en el asalto a la presidencia de la Generalitat. El aparato ha pactado con el propio Maragall, con Narcís Serra como mediador, una fórmula para renovar la dirección. Maragall sustituirá a Raimon Obiols en la presidencia y asumirá el liderazgo político; el actual secretario de organización, José Montilla, ascenderá a la primera secretaría, en sustitución de Serra, y se procederá a un relevo generacional significativo, con el pase a un s...

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Los socialistas catalanes comienzan hoy su noveno congreso, preparado cuidadosamente para entronizar a Pasqual Maragall como líder del PSC y con la vista puesta en el asalto a la presidencia de la Generalitat. El aparato ha pactado con el propio Maragall, con Narcís Serra como mediador, una fórmula para renovar la dirección. Maragall sustituirá a Raimon Obiols en la presidencia y asumirá el liderazgo político; el actual secretario de organización, José Montilla, ascenderá a la primera secretaría, en sustitución de Serra, y se procederá a un relevo generacional significativo, con el pase a un segundo plano de un nutrido grupo de dirigentes que han encabezado el PSC desde su creación en 1978.

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La ascensión de Montilla a la primera secretaría está cargada de simbolismos. Es un andaluz de Iznájar (Córdoba), llegado a Cataluña en la oleada inmigratoria de los años sesenta; es el alcalde de Cornellà de Llobregat, una de las ciudades del cinturón de Barcelona, y su acceso a la primera fila representará el de una generación de cuadros socialistas forjados en la gestión municipal, el vivero del PSC, que al mismo tiempo es la que controla efectivamente las organizaciones de base. La renuncia de Serra a continuar, forzada por la derrota en las últimas elecciones generales, representará a su vez el relevo de la vieja guardia del partido, iniciada traumáticamente en 1994 en el séptimo congreso, celebrado en Sitges, cuando el aparato defenestró a Obiols. Entonces, sin embargo, la amenaza de una ruptura impidió que los ganadores de aquella batalla, Montilla entre ellos, se pusieran al frente de la dirección.

Lo que se inició en Sitges va a consumarse ahora, según ha reconocido el propio Maragall. Por la vía de un "pacto de conllevancia" entre Maragall y Montilla, como lo denominan algunos dirigentes. Maragall aporta el socialismo de tradición catalanista, el giro al centro y la voluntad de apertura del partido a nuevos modelos organizativos. Y, claro está, la opción electoral para la ansiada victoria en las elecciones a la presidencia de la Generalitat. Montilla es el garante de la organicidad clásica y un genuino representante de la Cataluña forjada por los inmigrantes, a menudo identificada con las tradiciones políticas del PSOE.

El pacto Maragall-Montilla está cerrado desde hace más de un mes. Pero lo que no está cerrado es la formación de la nueva comisión ejecutiva, en la que se han fijado unos objetivos que están resultando de compleja materialización. Maragall quiere reducirla a 25 miembros, de los 54 que tiene como fruto de los equilibrios del pasado. Al mismo tiempo quiere renovarla introduciendo caras nuevas, y tiene además el reto de aplicar la paridad de sexos que las mujeres exigen. Esto debe significar, en la práctica, que ninguno de los dos sexos tenga una representación inferior al 40%.

Las incógnitas acerca de la nueva dirección se han polarizado en torno a la secretaría de organización, a la que aspiran el diputado autonómico Miquel Iceta, una figura próxima a Montilla; el secretario de organización de la federación de Barcelona, la más numerosa del partido; la alcaldesa de Mollet, Montserrat Tura, y los diputados autonómicos Ramon Vilalta y Manuel Nadal. También se han barajado otros nombres, como el de las también diputadas Teresa Cunillera y Montserrat Duch.

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Maragall y Montilla estaban reunidos anoche en la sede del PSC de la calle de Nicaragua con este asunto sobre la mesa, entre otros. De sus decisiones no había trascendido nada y

muchos miembros de la ejecutiva ignoraban si van a seguir o no. Muchos se han hecho a la idea de que no despejarán su incógnita hasta la madrugada del sábado. Los 847 delegados votarán la propuesta de comisión ejecutiva entre las 13.00 y las 15.00 del domingo.

El PSC quiere que este congreso envíe a sus correligionarios del PSOE un mensaje de tranquilidad y confianza. Quiere demostrar que es posible renovar ideas y cambiar la dirección sin entrar en crisis. El presidente de la Comisión Política del PSOE, Manuel Chaves, intervendrá el sábado ante los congresistas.

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