Finaliza el 'Gran Hermano' alemán entre sospechas de manipulación

Las sospechas de manipulación han empañado el final de Gran Hermano en Alemania. El pasado viernes, John, un carpintero de 26 años, se adjudicó el premio de 250.000 marcos (21.250.000 pesetas), a pesar de que, según las encuestas, un 78% de los espectadores prefería que ganara Jüergen, un trabajador metalúrgico. Además, las normas del concurso, desveladas por el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, abren la posibilidad de que los responsables del programa influyan en el resultado.

Las "instrucciones" que recibieron los concursantes de Gran Hermano no se conocían en Alemania hasta que ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Las sospechas de manipulación han empañado el final de Gran Hermano en Alemania. El pasado viernes, John, un carpintero de 26 años, se adjudicó el premio de 250.000 marcos (21.250.000 pesetas), a pesar de que, según las encuestas, un 78% de los espectadores prefería que ganara Jüergen, un trabajador metalúrgico. Además, las normas del concurso, desveladas por el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, abren la posibilidad de que los responsables del programa influyan en el resultado.

Las "instrucciones" que recibieron los concursantes de Gran Hermano no se conocían en Alemania hasta que las reveló el pasado sábado el Frankfurter Allgemeine Zeitung, ya que el contrato de los participantes especificaba que no podían darlas a conocer (al contrario que en España, donde parte de ellas está en la página del programa en Internet, y donde la propia productora facilitó una copia a este periódico).El diario revela que los concursantes quedaban prácticamente bajo tutela de la productora, porque se les imponía lo que tenían que hacer, lo que comer o, incluso, que "la almohada debe mantenerse en la cabecera de la cama". También el contenido, supuestamente privado, de una de las dos maletas que llevaron. Estas revelaciones han causado el estupor entre los alemanes, ya que implican que el supuesto "experimento sociológico" con el que se anunció el programa estaba condicionado.

Todo apunta, además, a que se manipuló el resultado final. El ganador, John, un carpintero desempleado en Potsdam, que creció en la RDA y que siempre se mantuvo en un discreto plano, no tenía cualidades para extender su popularidad más allá de Gran Hermano. Salvo que fuera el ganador. En cambio, su máximo competidor, Juerguen -a quien cedió algo más de dos millones de pesetas del premio-, ya se había perfilado como estrella y era el favorito del público.

Algo parecido ya había sucedido al comienzo del concurso, cuando el participante más popular, Zlatko, fue eliminado sin que nadie entendiera por qué. Tras su salida, el 9 de abril, vendió 800.000 discos con la canción Me atormenta la nostalgia.

La vida de los concursantes, transmitida a diario por la cadena RTL-2 los últimos tres meses, permanecerá a disposición de la productora. Ésta se ha reservado el derecho sobre el 50% de las ganancias que obtengan en cualquier negocio que cierren los concursantes en el próximo año.Además, RTL-2 emitirá fragmentos de su vida cotidiana en el programa La vida después de Gran Hermano.

Mientras, el programa sigue extendiéndose por Europa. Los italianos tendrán su propia versión, según anunció Massimo Armanini, director general ejecutivo de Jumpy, la empresa de estrategia de Internet de los grupos Tele 5, El Correo y el holding mediático italiano Fininvest, informa .

Archivado En