Cartas al director

Jueces

Estos días hemos podido leer y oír con indignación que para el "señor" Barreiro, el hecho de que un violador te ofrezca un vaso de agua con el fin de impedir el vómito tras una felación forzada es un síntoma inequívoco de caballerosidad. ¿Hasta cuándo hemos de estar aguantando estas "humillaciones" provenientes de la cúpula judicial?, ¿quién protege a las mujeres y a la sociedad en su conjunto de semejantes personajes, que, sin duda alguna, ponen en tela de juicio no sólo la igualdad en derechos y consideración de hombres y mujeres, sino también el ejercicio mismo de la judicatura? Ante este (...

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Estos días hemos podido leer y oír con indignación que para el "señor" Barreiro, el hecho de que un violador te ofrezca un vaso de agua con el fin de impedir el vómito tras una felación forzada es un síntoma inequívoco de caballerosidad. ¿Hasta cuándo hemos de estar aguantando estas "humillaciones" provenientes de la cúpula judicial?, ¿quién protege a las mujeres y a la sociedad en su conjunto de semejantes personajes, que, sin duda alguna, ponen en tela de juicio no sólo la igualdad en derechos y consideración de hombres y mujeres, sino también el ejercicio mismo de la judicatura? Ante este (y cientos de casos similares que cada día manchan nuestros juzgados) hecho indigno, me pregunto como mujer, como ciudadana y como persona, si no existe alguna posibilidad de juzgar a quienes así juzgan y prejuzgan a las mujeres.El problema no se limita a determinados jueces, desgraciadamente, sino a unas tipificaciones de delitos en el Código Penal que, obviamente, permiten que estos "señores" interpreten así la ley. ¿Cómo no ver la conexión entre los delitos de violencia doméstica y la inseguridad legal en que nos movemos? ¿Para cuándo una reforma del Código Penal que impida estos vacíos legales y morales? ¿Hasta cuándo vamos a continuar con esta indefensión?- Sofía Rojo. Cuenca

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