De cómo hacer la compra en euros

Paqui Barrera cambió ayer por la mañana 4.000 pesetas en euros en una entidad financiera de Dos Hermanas (Sevilla). El dinero para hacer la compra. En la plaza de abastos paró en su frutería habitual y compró peras, a 1.92 euros el kilogramo (320 pesetas); sandía, a 0.39 euros (65 pesetas); y melocotones a 1.50 euros (250 pesetas).Paqui es de las pocas vecinas de la localidad que utilizó ayer la nueva moneda europea, que será oficial en enero de 2002, en sus compras en el mercado central. Al menos durante la mañana.

Como ella, los más de 92.000 habitantes del municipio están invitados p...

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Paqui Barrera cambió ayer por la mañana 4.000 pesetas en euros en una entidad financiera de Dos Hermanas (Sevilla). El dinero para hacer la compra. En la plaza de abastos paró en su frutería habitual y compró peras, a 1.92 euros el kilogramo (320 pesetas); sandía, a 0.39 euros (65 pesetas); y melocotones a 1.50 euros (250 pesetas).Paqui es de las pocas vecinas de la localidad que utilizó ayer la nueva moneda europea, que será oficial en enero de 2002, en sus compras en el mercado central. Al menos durante la mañana.

Como ella, los más de 92.000 habitantes del municipio están invitados por la Sociedad Estatal de Transición al Euro (SETE) a participar en la simulación de uso de la nueva moneda que, desde ayer y hasta el sábado, se puede hacer en 250 comercios nazarenos.

Ésta es la décima simulación de este tipo que hace la SETE pero su consejero delegado, José Alberto Ruiz, le otorga una especial importancia "porque es la segunda en que más población participa y se trata de un ámbito social muy concreto que permitirá sacar conclusiones muy provechosas de cómo se adaptan los ciudadanos a la nueva moneda".

Ruiz, que adquirió 4.000 pesetas en euros en un banco después de presentar la simulación a los medios de comunicación, espera que el interés de la gente sea muy alto, "dado el carácter de los andaluces, que son muy participativos". Por ahora, parece que la actividad tarda en despegar. En los puestos de la plaza de abastos en los que se anunciaba que aceptaban el pago en euros, los tenderos comentaban que las 20.000 pesetas que cada uno cambió ayer por la nueva moneda estaban de adorno, pues todavía no habían tenido que tirar de ellas para ajustar cuentas con sus clientes.

En la frutería fue la compra de Paqui la que estrenó la calculadora que da automáticamente el paso de pesetas a euros y que se ha repartido a todos los comerciantes que participan en la actividad. La charcutería de enfrente tenía todavía intacta la caja con las monedas nuevas listas para el que se atreviera a ser el primero en llevarse un kilo de salchichón a 7.69 euros (1.280 pesetas), o uno de caña de lomo por 37.26 euros (6.200).

Algunas de las tenderas tuvieron que enterarse por los periodistas de cómo utilizar la famosa calculadora que les permitiría cobrar la mercancía en moneda europea. Eso le ocurrió a la panadera del mercado, que ni se olía que sus bollos costaran "sólo" 20 céntimos de euro (40 pesetas).

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Otro que no lo tenía muy claro con la calculadora era Adolfo Rodas, que por poco no le cobra 50 euros (8.320 pesetas) a Antonio Contreras por un chato de vino, una consumición que a los parroquianos del bar que regenta Rodas frente al Ayuntamiento no les suele costar más de 50 pesetas (0.30 euros).

Al final todo se aclaró y los 70 céntimos de euro de la vuelta terminaron en el bolsillo de Contreras, miembro de la Asociación de Consumidores y Usuarios de Sevilla (Acus) y que andaba dando una vuelta por Dos Hermanas "por ver cómo funciona la nueva moneda". Rodas, pese a las dificultades técnicas, cree que "esto del euro será positivo. Sólo es cuestión de acostumbrarse".

Quien sí había hecho los deberes, y parecía tener prisa por acostumbrarse a "esto del euro", era José García, dueño de la Bodeguita García. "Yo he ido esta mañana a cambiar dinero al banco, y la compra del día para el bar ya la he hecho en euros. He ido al mercado y, con un poco de lío, todo ha ido bien", decía García tras la barra de su establecimiento, en el que el desayuno con media tostada y jamón salía por 1.65 euros (275 pesetas).

A media mañana todavía había hecho pocas ventas en la nueva moneda, "aunque sí es verdad que ha venido mucha gente a pedirme cambio en euros", decía García, que cree que "a los mayores les será más fácil acostumbrarse que a los jóvenes porque se acordarán de cuando la peseta tenía céntimos".

Aunque los mayores recuerden los céntimos, lo que algunos no llevarán muy bien será la drástica reducción de las cantidades totales. Cuando José García le advertía a Ruperto, uno de sus clientes habituales, que su pensión pasará de 166.000 pesetas a unos 100 euros, el paisano sentenciaba contundente: "Y una poca leche".

El consejero delegado de la SETE había dicho a los periodistas que entre los objetivos de las simulaciones estaban informar a la ciudadanía y adelantar las incidencias y los problemas que se puedan plantear cuando todo el país pueda usar el euro en la vida cotidiana. Para ello, la campaña incluye, además de la simulación, varios puestos informativos repartidos por el pueblo que reparten folletos explicativos y sesiones formativas para niños, amas de casa, empresarios y tercera edad.

En Dos Hermanas, como seguramente en el resto de España, queda aún mucho trabajo por delante para que la gente de a pié se entere bien de cómo funciona "esto del euro".

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