"Queremos evitar el desarraigo"

Amador Sánchez, director general de Centros Docentes, se escudó ayer en dos razones para el realojo de este centenar de chavales gitanos en otros dos centros de Carabanchel que tienen más de un 90% de alumnos de compensación. Primero: "No desarraigar a los alumnos de su zona". Segundo: "Los padres tienen derecho a elegir el centro".Sánchez evitó en todo momento hablar de cierre de los centros. Prefirió hablar de "supresión jurídica" y "fusión". Así, el colegio Antonio Orozco Miret se fusionará con el Lope de Vega. Los alumnos del primero pasarán al segundo y sus instalaciones irán destinadas a...

Amador Sánchez, director general de Centros Docentes, se escudó ayer en dos razones para el realojo de este centenar de chavales gitanos en otros dos centros de Carabanchel que tienen más de un 90% de alumnos de compensación. Primero: "No desarraigar a los alumnos de su zona". Segundo: "Los padres tienen derecho a elegir el centro".Sánchez evitó en todo momento hablar de cierre de los centros. Prefirió hablar de "supresión jurídica" y "fusión". Así, el colegio Antonio Orozco Miret se fusionará con el Lope de Vega. Los alumnos del primero pasarán al segundo y sus instalaciones irán destinadas a ampliar los cursos de garantía social que ofrece en la actualidad la Fundación Tomillo.

El Eduardo Callejo también se fusionará al República de Colombia, "que fue arreglado hace cuatro años y pasarán a tener una única dirección". Los chavales de primero serán escolarizados en el segundo, y los alumnos de secundaria podrán utilizar las instalaciones del centro que se quedará vacío el próximo curso para talleres.

Sánchez aseguró que la concentración de alumnos gitanos en estos cuatro centros se debe a "la población que hay alrededor". ¿Y distribuirlos en otros centros de la zona, ahora que se tiene la ocasión para evitar aún más concentración? "Sería como intentar distribuir a los negros en África. ¿Cómo pretendes hacerlo?", se preguntó.

Pues en los otros 14 colegios sostenidos con fondos públicos que hay en Carabanchel, según todos los sectores educativos. "La normativa de admisión de alumnos también dice que se dan puntos por la proximidad al domicilio. Distribuirlos supondría ir contra la ley. Además, habría que coger a los chavales y llevarlos en autobús, y muchas veces las familias son reacias". Sánchez reconoció que, "una vez que las minorías se concentran en unos determinados centros, es muy difícil solucionarlo". Se comprometió, eso sí, a paliar la situación que se puede crear en los dos centros receptores del centenar de alumnos. Las medidas: reforzar las plantillas con personal especializado de apoyo, "que se va a mirar con lupa", y ampliar las actividades educativas.