El COI absuelve a Gosper

El vicepresidente es exculpado de haber aceptado regalos e invitaciones

La comisión de ética del Comité Olímpico Internacional absolvió ayer en su sede de Lausana, según estaba previsto, a uno de sus vicepresidentes, el australiano Kevan Gosper, de haber aceptado en 1995 regalos e invitaciones por valor de 32.000 dólares (unos seis millones de pesetas), de la candidatura estadounidense de Salt Lake City, ganadora después de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2002. Es uno de los últimos flecos del escándalo de corrupción que hizo temblar el movimiento olímpico hace dos años y que se ha saldado, de momento, con seis expulsiones de miembros, cuatro dimisiones, varia...

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La comisión de ética del Comité Olímpico Internacional absolvió ayer en su sede de Lausana, según estaba previsto, a uno de sus vicepresidentes, el australiano Kevan Gosper, de haber aceptado en 1995 regalos e invitaciones por valor de 32.000 dólares (unos seis millones de pesetas), de la candidatura estadounidense de Salt Lake City, ganadora después de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2002. Es uno de los últimos flecos del escándalo de corrupción que hizo temblar el movimiento olímpico hace dos años y que se ha saldado, de momento, con seis expulsiones de miembros, cuatro dimisiones, varias amonestaciones severas o leves y hasta la presencia por dos veces del propio presidente del COI, Juan Antonio Samaranch, en Estados Unidos ante una comisión del Congreso y ante el FBI.Gosper, de 67 años, alegó que los gastos habían sido inflados y que él pagó lo que creía eran las facturas reales por la visita de su mujer y sus dos hijos. La comisión le ha creído. El propio Samaranch abogó por su inocencia y ello ha sido también clave en las investigaciones de una comisión en la que estaba, curiosamente, el propio Gosper, pero que dimitió antes de la primera reunión el 6 de marzo.

En cualquier caso, el ex atleta que llegó a ser medalla de plata en los Juegos de Melbourne 56 como último relevista del equipo australiano de 4 x 400 metros tras Estados Unidos, está muy marcado negativamente. Salvo el surcoreano Un Yong Kim, también salpicado por los supuestos favores de Salt Lake City a su hijo, y que aún colean, ningún otro de los altos cargos del COI ha sido acusado de corrupción. Las hipotéticas posibilidades de Gosper como candidato a la presidencia tras la retirada de Samaranch en julio del año próximo van de mal en peor. Cuando parecía que la celebración de los próximos Juegos en su ciudad, Sydney, sólo le traerían beneficios, las críticas por haber permitido la semana pasada que su hija fuera la primera relevista australiana en Olimpia tras el encendido de la llama olímpica han terminado de perjudicarle. También ha alegado que fueron los organizadores griegos los que prefirieron a su hija y no a una niña de origen griego. Pero se le censura que pudo evitarlo. Ahora ya ha declarado que no quiere aparecer más con la llama al llegar a Australia.

El canadiense Richard Pound, o el belga Jacques Rogge, que llevan ya años al igual que Gosper en la cúpula del COI, pero sin quemarse, e incluso el legendario triple campeón olímpico de esquí francés Jean Claude Killy, un astuto tapado, quedan como principales candidatos a suceder a Samaranch. En un segundo plano están aún el italiano Franco Carraro, fiel servidor de Samaranch y que ha mostrado su eficacia, o el nuevo presidente de la Asociación de Federaciones Internacionales, el suizo Dennis Oswald.

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