El gazpacho polaco

La experiencia adquirida por España desde su ingreso en la Comunidad Europea puede ser muy útil para que Polonia se integre en la UE sin sobresaltos y con rapidez. Pero también para los inversores españoles. Las similitudes entre los dos países son importantes. Hasta el punto de que los polacos tienen su propio gazpacho, una sopa fría conocida como Chlodnik, hecha a base de uno de sus principales productos agrícolas: la remolacha (542.400 toneladas en 1998).El ingreso de Polonia y del resto de los países candidatos a la adhesión tendrá efectos importantes en la política presupuestaria de la UE...

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La experiencia adquirida por España desde su ingreso en la Comunidad Europea puede ser muy útil para que Polonia se integre en la UE sin sobresaltos y con rapidez. Pero también para los inversores españoles. Las similitudes entre los dos países son importantes. Hasta el punto de que los polacos tienen su propio gazpacho, una sopa fría conocida como Chlodnik, hecha a base de uno de sus principales productos agrícolas: la remolacha (542.400 toneladas en 1998).El ingreso de Polonia y del resto de los países candidatos a la adhesión tendrá efectos importantes en la política presupuestaria de la UE. O los países contribuyentes netos, como Alemania, aumentan sus aportaciones a las arcas comunitarias, o los países receptores, como España, tendrán que sacrificarse y recortar los cuantiosos fondos que les llegan de Bruselas.

Es un debate delicado que retomará con fuerza dentro de cinco años, cuando se abra el debate para la reforma de la Agenda 2000, en el que posiblemente participará Varsovia. "No será un socio fácil con el que negociar", advirtió el representante de la Comisión Europea, Bruno Dethomas.

Una alternativa es invertir, como sugirió el rector del Colegio de Europa en Natolin, Piotr Nowina-Konopka. Ya lo hacen empresas alemanas, belgas, austriacas, holandesas y francesas. Los polacos están abiertos a que empresas extranjeras de la Europea occidental se instalen en el país, sobre todo del sector de la industria agroalimentaria, porque les ayudará a combatir el problema del desempleo y de la pobreza en el medio rural, como explicó el director del centro de asesoramiento agrícola en Radom, Henryk Skórnicki. Un problema que se agravará cuando más de la mitad de los agricultores polacos tengan que abandonar sus granjas por falta de competitividad en la PAC.

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