En espera de la inspiración

Clara Sánchez se toma con resignación el nuevo papel de los escritores, antes reservado a actores y músicos, en las giras de promoción de sus libros. "No he calculado cuántas entrevistas he tenido ya. Muchas. Es una locura. Pero no me ha pillado de sorpresa porque, cuando yo empecé a escribir hace 11 años, las cosas eran parecidas. El escritor había dejado ese mundo íntimo para entrar en las giras promocionales", dice.Ella conserva en la memoria el ideal romántico que tenía de esta profesión cuando comenzó. "Pensaba que sólo había que escribir algo que fuera una maravilla y luego el libro por ...

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Clara Sánchez se toma con resignación el nuevo papel de los escritores, antes reservado a actores y músicos, en las giras de promoción de sus libros. "No he calculado cuántas entrevistas he tenido ya. Muchas. Es una locura. Pero no me ha pillado de sorpresa porque, cuando yo empecé a escribir hace 11 años, las cosas eran parecidas. El escritor había dejado ese mundo íntimo para entrar en las giras promocionales", dice.Ella conserva en la memoria el ideal romántico que tenía de esta profesión cuando comenzó. "Pensaba que sólo había que escribir algo que fuera una maravilla y luego el libro por sí sólo se abría paso. El ideal de un escritor es escribir una novela, que ésta tenga muchísimo éxito y que tú permanezcas en casa, que sea la novela la que hable por tí. Pero esto es imposible. La promoción es fundamental", afirma.

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Como a la mayoría de los escritores, el peor trago son las fotos. "Tú no estás entrenada para esto de salir en la televisión, que te hagan fotos. Una modelo o una actriz está disciplinada, es su trabajo, pero tú eres una simple escritora y esto de posar...".

Clara Sánchez tardó dos años en escribir Últimas noticias del paraíso. "Soy metódica a ratos. Cuando me siento y veo que no hay manera, lo dejo, y entonces vagabundeo y espero, porque sé que luego me va a venir. Reconozco que me guío por la inspiración, que ya sé que es algo que no está muy de moda decir. Luego tienes que dedicarle horas, por supuesto", comenta.

Cada novela tiene su proceso, pero Sánchez sabe que al comienzo de todas "los primeros 80 folios" no le van a servir de nada, "los voy a romper". Pero son el germen de la novela. "Me sirven para coger el tono. El tono es importantísimo, yo sin él no puedo escribir nada. Es el que va a dar unidad a la novela. En el momento que lo tengo, ya puedo respirar y el resto sale fluido".

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