Entrevista:CONNIE PHILIPCANTANTE

"Al segundo día de llegar ya me sentía madrileña"

A lo largo de los últimos veinte años, la cantante de origen peruano Connie Philip ha sido algo así como la representante oficial de la escena madrileña del jazz. Su voz polifacética y experimentada ha sonado en todo tipo de clubes de aforo reducido y grandes teatros, sobre repertorios estrictamente jazzísticos y en montajes musicales tan ambiciosos y espectaculares como Los miserables. En la actualidad pertenece a los equipos docentes del Teatro de la Danza de Madrid y del Conservatorio de Alcobendas, pero la tarea pedagógica no ha impedido que ahora rinda homenaje en directo al compositor Ku...

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A lo largo de los últimos veinte años, la cantante de origen peruano Connie Philip ha sido algo así como la representante oficial de la escena madrileña del jazz. Su voz polifacética y experimentada ha sonado en todo tipo de clubes de aforo reducido y grandes teatros, sobre repertorios estrictamente jazzísticos y en montajes musicales tan ambiciosos y espectaculares como Los miserables. En la actualidad pertenece a los equipos docentes del Teatro de la Danza de Madrid y del Conservatorio de Alcobendas, pero la tarea pedagógica no ha impedido que ahora rinda homenaje en directo al compositor Kurt Weill en el centenario de su nacimiento. El lugar no podía ser más adecuado porque, en las acertadas palabras de la propia cantante, "La Fídula conjuga el silencio de un teatro y el calor de una pequeña sala".Pregunta. ¿Considera asimilable a nuestro tiempo una música como la de Weill?

Respuesta. No sólo la música de Weill, sino también las letras que Bertolt Brecht escribió para ella. Me parecen dolorosamente vigentes. Hablan de racismo, miseria, violencia, exilio... En definitiva, de marginación. La canción de los cañones podríamos retitularla ahora tranquilamente como La canción de los misiles.

P. ¿Cómo encuentra el tono dramático que siempre es necesario para interpretar estas canciones?

R. Tienen un evidente punto de amargura, pero también son tremendamente humanas y tiernas. En una de ellas, Brecht dice que no reguemos sólo las flores bonitas, sino también los matojos y las malas hierbas, que seamos generosos.

P. ¿Cómo reacciona el público madrileño ante las canciones de Weill?

R. Participa prestándoles una atención absoluta. Es una actitud que conozco bien porque llevo muchos años aquí. Madrid me encantó desde el principio. Creo que al segundo día ya me sentía madrileña. Todos mis hijos viven aquí y tengo nietos madrileños.

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P. ¿Qué rasgos diferencian a una cantante de jazz?

R. El jazz es composición instantánea. Como decía Ellington, no hay temas de jazz, sino músicos de jazz. Tienes que ser muy creativo para hacerlo siempre de manera diferente. Es un reto maravilloso que te impide caer en la monotonía.

P. ¿Podría citar a sus vocalistas favoritos?

R. Creo que no descubro nada si digo que todos los grandes, Billie Holiday, Ella Fitzgerald, Sara Vaughan, que arriesgaba mucho musicalmente, y Frank Sinatra, un verdadero maestro del fraseo, aunque muchos no lo consideraran un verdadero cantante de jazz. También he aprendido mucho de instrumentistas como Dexter Gordon y Seth Baker.

P. ¿Qué otras músicas le interesan?

R. Quizá mis primeras influencias procedan de la música negra peruana; en realidad, me he pasado la vida cantando estilos de raíz negra: jazz, brasileño, blues, y ahora, Weill.

Connie Philip canta hoy en La Fídula (Huertas, 57).

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