Deutsche y Dresdner rompen su proyecto de crear el segundo banco del mundo

El proyecto de fusión entre los bancos alemanes Deutsche y Dresdner para crear uno de los más grandes del mundo se ha frustrado. La ruptura de las negociaciones, anunciadas el pasado 7 de marzo, fue difundida ayer por el Dresdner. El detonante fue, según fuentes de este banco, la intención del Deustche de desprenderse del banco de inversiones Kleinwort Benson, filial de Dresdner. Pero había mar de fondo. El presidente de Deutsche, Rolf Breuer, fue explícito: "Estábamos tan lejos uno de otro que era imposible la fusión". La Bolsa aplaudió la desavenencia y las acciones se dispararon.

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El proyecto de fusión entre los bancos alemanes Deutsche y Dresdner para crear uno de los más grandes del mundo se ha frustrado. La ruptura de las negociaciones, anunciadas el pasado 7 de marzo, fue difundida ayer por el Dresdner. El detonante fue, según fuentes de este banco, la intención del Deustche de desprenderse del banco de inversiones Kleinwort Benson, filial de Dresdner. Pero había mar de fondo. El presidente de Deutsche, Rolf Breuer, fue explícito: "Estábamos tan lejos uno de otro que era imposible la fusión". La Bolsa aplaudió la desavenencia y las acciones se dispararon.

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Un paso atrás en el proceso de concentración mundial de la banca. El gran banco alemán -resultado de la fusión entre el primero (Deustche) y tercero (Dresdner)- se ha ido al traste. Los analistas del sector bancario, quienes creen que no significa que se pare la concentración bancaria, se vieron sorprendidos. Ahora, estiman, comenzarán de nuevo los movimientos bancarios para buscar otros acuerdos dentro del proceso de mundialización de la economía.Las diferencias entre ambas entidades para integrar el banco de inversiones británico Dresdner Kleinwort Benson ha sido el detonante definitivo para la ruptura, aunque las partes reconocen que se habían producido otras divergencias de calado. Para muestra, las declaraciones efectuadas ayer del presidente del Deutsche Bank, Rolf Breuer: "Estaban tan lejos uno de otro que la fusión no era posible". Breuer lamentó la decisión adoptada por la dirección del Dresdner y confirmó las diferencias existentes sobre el futuro de Dresdner Kleinwort Benson.

Deutsche Bank se convirtió en el primer banco del mundo -le superarán las entidades resultantes de la fusión de Fuji, Industrial Bank of Japan y el DBK, por un lado, y de Sumitomo y Sakura, por otro- tras adquirir la entidad estadounidense Bankers Trust (también banco de inversiones) en la primera gran operación trastlántica de un banco europeo.

Con la compra de Bankers, Deutsche se había reforzado en la banca de inversiones, por lo que exigía que el nuevo banco se desprendiera de su filial Dresdner Kleinwort Benson (7.500 empleados), a lo que se han negado en redondo los responsables del Dresdner Bank.

En el accionariado de los dos bancos aparece un protagonista común de gran importancia: la aseguradora Allianz, que cuenta con el 5% del Deutsche y el 22% del Dresdner. Tras conocerse la ruptura, la aseguradora, accionista del Banco Popular, mostró su "decepción" por el desenlace de las negociaciones. En la relación de accionistas de los bancos alemanes que han roto su unión, figura La Caixa, que compró el pasado año el 3% del Deutsche.

Alza en las bolsas

Las bolsas, sin embargo, aplaudieron la ruptura y la fuerte tendencia a la baja de los dos valores, abatidos por la crisis general, se dio la vuelta. Antes de conocerse la noticia, las acciones del Deutsche perdían el 4,63% en la Bolsa de Francfort, mientras que las del Dresdner Bank cedían el 2,83%.

Las cotizaciones permanecieron suspendidas durante una hora. En la reanudación, los títulos del Deutsche ganaron el 4,15%, para cerrar a 80,01 euros, y los de su frustrado socio subieron un 4,26%, para cerrar a 49 euros. Allianz, además, vio ayer perder el 13,86% a sus acciones en la Bolsa de Francfort.

Fuentes del Dresdner Bank señalaron que, "con su conducta, el Deutsche Bank ha hecho perder la confianza en la fusión proyectada" y, por ello, "una alianza contra el Dresdner Bank no puede ser de interés para sus accionistas, clientes y empleados". El presidente del Deutsche Bank, Rolf Breuer, aprovechará hoy la tradicional reunión informativa para dar cuenta de los resultados del pasado ejercicio y explicar con más detalle los motivos del desencuentro.

El pasado día 7 de marzo saltaban a los mercados financieros las negociaciones entre el primer y el tercer banco alemanes para convertirse en el segundo banco del mundo por activos, tras el Fuji-IBJ-DKB. Un día después los consejos de administración de ambas entidades aprobaban abrir las negociaciones formales para lograr un banco que tendría 207 billones de pesetas de activos, lo que supone 2,2 veces el producto interior bruto (PIB) de España y cinco veces los activos del Banco Santander Central Hispano (BSCH).

Una vez que se ha roto esta operación de forma definitiva, comienza un nuevo baile de fusiones. De hecho, ayer ya se rumoreaba que Dresdner había recibido una oferta de compra por parte del estadounidense Citigroup.

Desde el primer momento, los analistas vieron en la fusión de ambos bancos alemanes una tabla de salvación para Dresdner Bank, ya que su dimensión es sensiblemente menor. Deutsche cuenta con unos activos de 139 billones de pesetas, y Dresdner, con 68,5 billones de pesetas.

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