FÚTBOL 31ª jornada de Liga

El espectáculo degenera en desastre

El Deportivo vence al Sevilla en un partido con decisiones arbitrales polémicas que acabó con serios altercados

Estalló la afición sevillista. El partido disputado ayer en el estadio Sánchez Pizjuán entre Deportivo y Sevilla degeneró en una batalla campal que pudo haber acabado en tragedia. Lo que iba a ser una fiesta -Biris y Riazor Blues, los hinchas más radicales de ambos clubes, hicieron durante la mañana varios actos de hermandad- acabó en un enfrentamiento entre seguidores y policía que se alargó varias horas en los alrededores del estadio. Una vez más las decisiones arbitrales -dos goles anulados al Sevilla- convirtieron un espectáculo en la ira de una muchedumbre capaz de cualquier cosa. Sobre e...

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Estalló la afición sevillista. El partido disputado ayer en el estadio Sánchez Pizjuán entre Deportivo y Sevilla degeneró en una batalla campal que pudo haber acabado en tragedia. Lo que iba a ser una fiesta -Biris y Riazor Blues, los hinchas más radicales de ambos clubes, hicieron durante la mañana varios actos de hermandad- acabó en un enfrentamiento entre seguidores y policía que se alargó varias horas en los alrededores del estadio. Una vez más las decisiones arbitrales -dos goles anulados al Sevilla- convirtieron un espectáculo en la ira de una muchedumbre capaz de cualquier cosa. Sobre el césped el Deportivo se llevó el partido más por fallos del rival que por méritos propios. Sus jugadores sacaron tajada pronto de una desconcertada defensa del Sevilla, que se tragó dos testarazos de Jokanovic. Luego decidieron congelar el partido frente a los sevillistas, que erre que erre, chocaban contra la disciplina de los de Irureta. El Depor acaba con su racha negativa de cinco partidos fuera sin ganar y da un paso más en su camino hacia el liderato. El Sevilla se hunde o... ¿lo hunden? a Segunda División.Y eso que el partido podría haberse alejado de polémicas si el Deportivo hubiera amarrado el resultado a los 12 minutos. Todo parecía confluir en favor de los gallegos, incluso la meteorología. Tras meses de sequía el día amaneció lluvioso en la capital andaluza, como un obsequio para que los gallegos se sintieran como en casa. El balón se convirtió en una descarga eléctrica, difícil de manejar. En ambas escuadras se cometieron errores, sobre todo Ángel, centrocampista del Sevilla, que tuvo un día nubladísimo.

SEVILLA 1DEPORTIVO 3

Sevilla: Olsen; Héctor, Hibic, Marchena, Nando (Jesuli, m. 46); Quevedo, Angel, Tsartas, Juric; Juan Carlos (Otero, m. 66) y Zalayeta. Deportivo de La Coruña: Songo'O; Manuel Pablo, Donato, Schurrer, Naybet; Víctor, Mauro Silva, Flavio (Jaime, m. 68), Jokanovic; Turu Flores (Djalminha, m. 88) y Makaay (Scaloni, m. 90). Goles: 0-1. M.10. Víctor saca un córner y Jokanovic, libre de marca, marca de cabeza. 0-2. M.12. Manel Pablo centra desde la banda derecha y Jokanovic de brillante testarazo bate a Olsen. 1-2. M.18. Juric se escapa por la banda izquierda y su centro lo cabecea sin oposición Juan Carlos. 1-3, M. 86. Makaay aprovecha el desconcierto sevillista y en un contraatque bate a Olsen de fuerte disparo. Árbitro: Manuel Enrique Mejuto González (Comité asturiano). Amonestó a Mauro Silva, Flavio, Naybet, Jokanovic, Marchena, Nando y Juan Carlos. Partido disputado en el Ramón Sánchez Pizjuán ante unos 38.000 espectadores. Terreno de juego blando por la lluvia caída.

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Tras los primeros compases se advirtieron los huecos en el centro del campo que dejaba el Sevilla. Ángel estaba demasiado sólo para acaparar una zona de juego en la que Jokanovic y Flavio iniciaban el ataque deportivista. Llegaron los goles de Jokanovic. Siempre en el sitio justo y libre de marca para sus testarazos. Parece que el Deportivo se ha empeñado en proporcionarle más protagonismo a la cabeza -en dos partidos consecutivos ha conseguido cinco tantos- que a los pies. Con el resultado de cara y sin pisar el acelerador, los de Irureta optaron por convertirse en un bloque a esperarlas venir. Con el centro del campo dominado y un Sevilla presa de sus propios errores, el entrenador del Deportivo mandó a sus pupilos mirar con un ojo al reloj y con otro tratar de contener las embestidas sevillistas.

Propuesta arriesgada. Sobre todo, cuando la desesperación por su situación obliga a los jugadores del Sevilla a esfuerzos deslomados. Las consecutivas internadas tuvieron su premio, también con la cabeza, a través de Juan Carlos. Aunque pareciera mentira se abría el partido. El líder de la clasificación se veía amedrentado por el colista. Llegó la primera jugada para la polémica, un gol anulado al Sevilla por supuesta falta a Songo´o. La grada empezó a irritarse.

En la segunda parte el Sevilla compensó sus carencias en el centro del campo con el apoyo de Tsartas a Ángel. Salió al campo Jesuli que tiró del equipo hacia delante. El Sevilla se lanzó al ataque con más desconcierto que tino.

El Deportivo respondía al contraataque. Sin muchas ganas y buscando un gol a balón parado. Las intentonas del Sevilla se estrellaban contra la red de jugadores que Irureta dispuso para mantener el resultado. Llegó la jugada del segundo gol anulado, por un supuesto fuera de juego de Marchena. Las gradas empezaron a encenderse.

Las cosas se habrían calmado un poco si Manuel Pablo no hubiera rechazado bajo los palos un remate de Zalayeta. Los sevillistas perdieron la concentración. Con la mente en otro sitio, se olvidaron de Maakay, que aprovechó una escapada para sentenciar el resultado.

Ya daba igual, los aficionados habían olvidado el fútbol. Un grupo intentó invadir el terreno de juego. Se estaba más atento a las primeras peleas con la policía. Arreciaron los objetos sobre el césped. Se acabó el espectáculos y comenzó el descontrol.

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