Los chechenos votan en medio de una ofensiva guerrillera y bajo el control de los militares

Los temores de los militares rusos resultaron fundados. La votación transcurrió en Chechenia en medio de una ofensiva guerrillera centrada en la localidad montañosa de Nozhái-yurt, donde los chechenos lanzaron un ataque que, según las informaciones oficiales, fue repelido, sin que lograran ni siquiera suspender la votación. Sin embargo, en Chechenia muchos piensan que las medidas extraordinarias de seguridad quizá hayan sido sólo un pretexto para impedir el acceso a la república y tener más fácil el pucherazo que la mayoría de los chechenos pronostica.

"¿Qué le importa por quién haya vo...

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Los temores de los militares rusos resultaron fundados. La votación transcurrió en Chechenia en medio de una ofensiva guerrillera centrada en la localidad montañosa de Nozhái-yurt, donde los chechenos lanzaron un ataque que, según las informaciones oficiales, fue repelido, sin que lograran ni siquiera suspender la votación. Sin embargo, en Chechenia muchos piensan que las medidas extraordinarias de seguridad quizá hayan sido sólo un pretexto para impedir el acceso a la república y tener más fácil el pucherazo que la mayoría de los chechenos pronostica.

"¿Qué le importa por quién haya votado? De todas maneras esto está arreglado de antemano", dice una chechena al salir del colegio electoral de Benói-yurt con su hermana. "Todos son unos vendidos", agrega, y se aleja molesta. Los chechenos entienden de pucherazos: en las elecciones de 1996 el fraude fue grandioso y el títere impuesto por el Kremlin, Doku Zavgáyev (ex líder del partido comunista local en la época soviética), ganó por inmensa mayoría oficial, aunque tenía poquísimo apoyo en la república. Benói-yurt es un pueblo del distrito de Nadtérechni, en el norte de Chechenia, zona que tradicionalmente ha sido pro Kremlin. Es también el feudo de los Zavgáyev; hoy Doku sigue de embajador en un país africano, premio de Moscú a sus leales servicios, mientras que su hermano menor Ajmed ha sido nombrado jefe del distrito.Ajmed Zavgáyev y el comandante militar de Nadtérechni, el general Vladímir Kovrov, recibieron en Známenskoye, capital del distrito, al grupo de periodistas al que permitieron entrar en Chechenia a pesar de que sus fronteras han sido oficialmente cerradas. En la sede de la Administración local había un colegio electoral para los militares. En la sala, con varias mesas, no había nadie; ni un solo votante. Como quedaría claro más tarde, hicieron aguardar en una habitación contigua a un grupo de jóvenes uniformados que empezaron a votar una vez que el grupo de reporteros fue conducido por Zavgáyev y el general Kovrov a las mesas. Los soldado estaban bien instruidos: todo el que era preguntado respondía que votaría a Putin, como también lo anunciaba a los cuatro vientos el alcalde.

Cuando eligieron Benói-yurt como ciudad para mostrar a la prensa extranjera, Zavgáyev y Kovrov seguramente pensaron que allí darían las mismas respuestas que en Známenskoye dieron los jóvenes soldados. Pero se equivocaban profundamente.

Votos para Ziugánov

Muchos chechenos decían abiertamente por quién habían votado, y sorprendentemente resultó que la mayoría de los entrevistados lo hizo por Guennadi Ziugánov, el líder del partido comunista. Gapur, un anciano octogenario, votó a Ziugánov por nostalgia: "Antes se vivía mejor", explicó. Si el que los mayores de 50 años prefieran a los comunistas y piensen que no hubo mejor época que la de Leonid Bréznev, hoy conocida como la época del estancamiento anterior a la perestroika, no tiene nada de extraño, sorprende que muchos jóvenes también prefieran a Ziugánov.

Mientras conversamos se nos acercan varios jóvenes. Andí, de 22 años y sin trabajo, ha votado igual que Gapur. "El enemigo de mi enemigo es mi amigo", comenta filosóficamente. Otros lo han hecho por Umar Dzhabraílov, joven empresario checheno que ha triunfado en Moscú. Su explicación es sencilla: "Por lo menos, es de los nuestros". Pero incluso en esta zona donde no hay huellas de la guerra, donde los soldados rusos entraron en octubre sin disparar un solo tiro, uno encuentra jóvenes que no ocultan su odio y no se dejan amedrentar. Shamil, de 20 años, no desea revelar por quién votará, pero dice que en cualquier caso no será por Putin. "No nos dominarán jamás, y jamás nos rendiremos. No importa cuántos carros de combate de esos tengan", dice Shamil, rodeado por un grupo de compatriotas, y muestra el carro con una decena de soldados de los destacamentos especiales del Ministerio del Interior que han hecho de escolta a la prensa extranjera.

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Pasada la una de la madrugada (hora local), Ilias Umajanov, viceprimer ministro de Daguestán, república vecina de Chechenia, resultaba herido al estallar una bomba, según informó el Servicio Federal de Seguridad. La bomba, instalada en el vehículo de Umajanov, en el centro de Majachkalá, la capital de Daguestán, hirió también al conductor del viceprimer ministro.

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