Elorrieta dice que el atentado contra Buesa fue un acto hostil contra el pacto de Lizarra
El secretario general de ELA, José Elorrieta, considera que al Pacto de Lizarra le debe preocupar, "más que lo que ETA haga o deje de hacer", la actitud y el compromiso de sus integrantes en la defensa de este acuerdo. El dirigente de ELA reconoce que el asesinato de Fernando Buesa y de su escolta, Jorge Díez, fue un "acto hostil contra Lizarra", pero añade que el Foro, "no sólo ha expresado su compromiso con las vías políticas y democráticas, sino que ha planteado a ETA, en dos ocasiones tras la finalización de la tregua, la necesidad de que tal decisión sea revisada".
En un artículo d...
El secretario general de ELA, José Elorrieta, considera que al Pacto de Lizarra le debe preocupar, "más que lo que ETA haga o deje de hacer", la actitud y el compromiso de sus integrantes en la defensa de este acuerdo. El dirigente de ELA reconoce que el asesinato de Fernando Buesa y de su escolta, Jorge Díez, fue un "acto hostil contra Lizarra", pero añade que el Foro, "no sólo ha expresado su compromiso con las vías políticas y democráticas, sino que ha planteado a ETA, en dos ocasiones tras la finalización de la tregua, la necesidad de que tal decisión sea revisada".
En un artículo de opinión en la revista del sindicato, Elorrieta indica que el compromiso con este foro requiere "tiempo y serenidad", aunque reconoce que "no todas la primeras reacciones animen al optimismo".
A pesar de la situación actual, asegura que ELA va a seguir defendiendo Lizarra-Garazi frente al "inmovilismo" de los Estados español y francés, las descalificaciones políticas y los ataques de ETA.
Ese compromiso se debe, según Elorrieta, a que Lizarra es "la única propuesta de paz, expresión del diálogo y la solución negociada, la suma de fuerzas sociales, la apelación a la voluntad de la sociedad vasca y la negativa a enquistar el conflicto en parámetros de polarización y enfrentamiento". Ante la respuesta de la banda terrorista, indica que ETA "va por libre y ha hecho caso omiso a la voluntad de Lizarra-Garazi", a pesar de que con ello "debilite las dinámicas de solución política dialogada y facilite coartadas a los inmovilistas".