Cartas al director

Triángulos

La noche de Reyes, mi madre me regaló unos triángulos de seguridad para el coche. Dirán que no es el más personal de los regalos, pero a mí me hizo ilusión, pues era algo que no me apetecía nada comprarme. A los ocho días me abrieron el coche y me los robaron del maletero, amén de otras pertenencias y de los destrozos que se producen cuando no existe invitación expresa a acceder a territorio ajeno.Dos días más tarde tomé aire y entré en una tienda a adquirir otros triángulos, los cuales me fueron nuevamente sustraídos anoche (con más suerte que la vez anterior, pues esta vez no se encontraron ...

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La noche de Reyes, mi madre me regaló unos triángulos de seguridad para el coche. Dirán que no es el más personal de los regalos, pero a mí me hizo ilusión, pues era algo que no me apetecía nada comprarme. A los ocho días me abrieron el coche y me los robaron del maletero, amén de otras pertenencias y de los destrozos que se producen cuando no existe invitación expresa a acceder a territorio ajeno.Dos días más tarde tomé aire y entré en una tienda a adquirir otros triángulos, los cuales me fueron nuevamente sustraídos anoche (con más suerte que la vez anterior, pues esta vez no se encontraron ni la radio, ni las cintas, ni las gafas de sol sustraídas días antes. ¿Que por qué escribo esta carta? Sencillo: si me la publican, la recortaré del periodico y la llevaré en la guantera para tener algún argumento que ofrecerle a la Guardia Civil cuando no tenga triángulos que mostrarles.-

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