Una mujer muere al caer al vacío por el hueco de un ascensor

Una mujer de 42 años, Ángela María F. D., murió ayer al intentar salir de un ascensor que había quedado bloqueado entre dos plantas del edificio en el que vivía, en el número 34 de la calle de Arganda, en el distrito de Arganzuela. La víctima iba acompañada por su hija, de 10 años, que fue rescatada a tiempo por los porteros del inmueble. El elevador había parado en seco minutos antes, entre los pisos tercero y cuarto, al cortar el suministro de energía dos operarios que reparaban, unos portales más allá, la caja general que da servicio eléctrico a varios bloques de esa calle. Los dos trabajad...

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Una mujer de 42 años, Ángela María F. D., murió ayer al intentar salir de un ascensor que había quedado bloqueado entre dos plantas del edificio en el que vivía, en el número 34 de la calle de Arganda, en el distrito de Arganzuela. La víctima iba acompañada por su hija, de 10 años, que fue rescatada a tiempo por los porteros del inmueble. El elevador había parado en seco minutos antes, entre los pisos tercero y cuarto, al cortar el suministro de energía dos operarios que reparaban, unos portales más allá, la caja general que da servicio eléctrico a varios bloques de esa calle. Los dos trabajadores y un responsable de la compañía eléctrica Unión Fenosa declararon ayer ante la policía por orden del juez instructor. Todos fueron puestos en libertad horas más tarde.

El accidente se produjo a las 9.35 de la mañana. En el número 38 de la calle Arganda la caja de protección que centraliza el suministro eléctrico de varias casas estaba "echando humo" por segunda vez en 12 horas, según relató un portavoz de Unión Fenosa. Dos operarios de una contrata de la compañía acudieron al inmueble y, ante la "inminente gravedad" de la situación, decidieron cortar el fluido eléctrico. El ascensor que transportaba a Ángela María y a su hija, en el número 34, quedó bloqueado entre dos plantas. Los porteros acudieron inmediatamente y rescataron a la niña. Ángela María intentó salir sin ayuda, pero, al descolgarse por el hueco del ascensor, su propio peso la venció y cayó al vacio. Murió en el acto.

Dos averías en 12 horas

La de ayer fue la segunda avería en 12 horas sufrida por la caja de protección de los números 32, 34, 36 y 38 de la calle Arganda. Según Unión Fenosa, la caja que centraliza los cables de esas viviendas empezó a "echar humo" a las 20.30 del pasado martes. La avería fue reparada, pero ayer, a primera hora de la mañana, el problema se reprodujo. Dos operarios acudieron al inmueble y, después de consultar con Unión Fenosa la conveniencia de cortar el suministro, según la declaración de los trabajadores ante la policía, decidieron cortar el fluido eléctrico.

"En una situación de emergencia como ésa, lo normal es cortar el suministro. De lo contrario, se corre el peligro de que se incendie toda la red", afirmó un portavoz de la compañía suministradora. Varios inquilinos, sin embargo, se lamentaban ayer de que el fluido hubiese sido suspendido sin previo aviso. "Puede parecer una cuestión sin importancia, pero si llegan a avisar antes no hubiese pasado lo que ha pasado", decía Francisca, vecina de la fallecida.

No es éste el primer accidente con resultado de muerte relacionado con ascensores. Siete personas fallecieron en 1989 al precipitarse un elevador en Bellvitge (Barcelona). En junio de 1987, el presidente de la ONCE, Antonio Vicente Mosquete, de 35 años, murió al caer por el hueco de un ascensor en su domicilio de la calle del Castillo, en Madrid.

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