Respuestas dispares

Los vaivenes de la Bolsa de Nueva York continúan provocando respuestas confusas por parte de los mercados de valores europeos. A la tranquilidad relativa del cierre del miércoles en Nueva York le correspondió una mañana discreta en los mercados europeos, pero un recorte de 116 puntos en la apertura del Dow Jones pudo con los nervios de los inversores y las pérdidas volvieron a Europa, a pesar de que poco después el mercado estadounidense recuperaba la calma.Con ese nuevo descenso de ayer, Nueva York se situaba, momentáneamente, con una caída anual acumulada del 15,29%, aunque a media sesión el...

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Los vaivenes de la Bolsa de Nueva York continúan provocando respuestas confusas por parte de los mercados de valores europeos. A la tranquilidad relativa del cierre del miércoles en Nueva York le correspondió una mañana discreta en los mercados europeos, pero un recorte de 116 puntos en la apertura del Dow Jones pudo con los nervios de los inversores y las pérdidas volvieron a Europa, a pesar de que poco después el mercado estadounidense recuperaba la calma.Con ese nuevo descenso de ayer, Nueva York se situaba, momentáneamente, con una caída anual acumulada del 15,29%, aunque a media sesión el Dow Jones se aferraba al nivel del cierre del día anterior. Al cierre marcaba una subida de 60,50 puntos, el 0,62% hasta 9.856,53 unidades.

La Bolsa de Madrid perdió finalmente un 0,70%, 7,89 puntos, que muestran que el desequilibrio entre compras y ventas no es muy grande. El mercado continuo negoció 290.623 millones de pesetas, 1.746,68 millones de euros. El dinero se dirigió al mercado de deuda, en el que la subida de los precios forzó una caída de la rentabilidad a 10 años al nivel mínimo del ejercicio, con el 5,52%.

El precio del euro se recuperaba con fuerza a media tarde tras conocerse el dato del PIB del cuarto trimestre de 1999 en la UE, con un incremento del 0,9%, gracias al consumo interno y a las exportaciones. La cotización oficial del euro fue de 0,9616 dólares, aunque al final de la sesión llegaba a 0,9690, demostrando así que la debilidad de la moneda europea depende más de los datos económicos y de las expectativas que se manejan en cada momento que del nivel de los tipos de interés.

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