Cartas al director

Maratón deficiente

Ocho componentes del equipo Aveco-Madrid fuimos a correr el maratón de San Sebastián, sabiendo de las excelencias de este pueblo, de su clima, de su preciosa ciudad y también de su gastronomía. La primera sorpresa que nos llevamos fue al recoger los dorsales, el viernes por la tarde: las únicas categorías que había era de senior y veterano, hombres y mujeres, sólo cuatro niveles, mientras que en la mayoría de los maratones hay diez categorías, de entre las cuales, seis son de veteranos. Los organizadores afirman que este maratón es de los mejores del mundo, no obstante, muestra graves deficien...

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Ocho componentes del equipo Aveco-Madrid fuimos a correr el maratón de San Sebastián, sabiendo de las excelencias de este pueblo, de su clima, de su preciosa ciudad y también de su gastronomía. La primera sorpresa que nos llevamos fue al recoger los dorsales, el viernes por la tarde: las únicas categorías que había era de senior y veterano, hombres y mujeres, sólo cuatro niveles, mientras que en la mayoría de los maratones hay diez categorías, de entre las cuales, seis son de veteranos. Los organizadores afirman que este maratón es de los mejores del mundo, no obstante, muestra graves deficiencias.La segunda sorpresa fue la habitual comida de pasta que se nos ofrece. Por desgracia, en San Sebastián han aprendido de la racanería de los de Madrid. En tercer lugar nos sorprendió que nos dijeran que había poco espacio en los vestuarios, por lo que sería mejor que viniéramos ya cambiados y le diéramos la ropa a algún familiar. Además, no había chip, con lo que la forma de controlar a aquellos que quisieran hacer trampa era penosa: contando los dorsales que pasaban.

Es fundamental que en un maratón tan importante como es el de San Sebastián, se corra sin tráfico, ya que el humo que tragas es insoportable y muy perjudicial. Otra decepción fue el descubrir que no había información cada kilómetro, sino que había muy poca y muy distanciada. Nos pareció escandaloso, para un maratón en el que habíamos pagado 4.000 pesetas, que a partir del kilómetro 30 no hubiera agua suficiente. Al finalizar, pensamos, como en otros maratones, que habría una bolsa de comida. Sólo había naranjas partidas, cerveza, coca-cola y agua. Sí tenemos que felicitar a los organizadores por el magnífico libro-folleto que han sacado sobre el maratón. Lo dicho, San Sebastián y su público maravilloso no se merece este maratón. -.

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