Raúl jugó los 90 minutos

La medicina recomendaba más días de descanso para Raúl antes de reaparecer de su lesión. Pero la estrella blanca jugó. Los 90 minutos además. Y no le pasó nada. No se lesionó, no recayó de su rotura muscular. No hizo el despliegue acostumbrado, pero bastó. Su presencia tuvo más valor anímico que futbolístico para el equipo. Fue un símbolo. Raúl le ganó la batalla a su lesión, se adelantó a todos los plazos y ahí empezó ganando el Madrid. Por la simple presencia de Raúl. Simple porque no hizo nada en el primer tiempo; no se le vio arrancar, no disparó nunca a puerta y apenas corrió por el campo...

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La medicina recomendaba más días de descanso para Raúl antes de reaparecer de su lesión. Pero la estrella blanca jugó. Los 90 minutos además. Y no le pasó nada. No se lesionó, no recayó de su rotura muscular. No hizo el despliegue acostumbrado, pero bastó. Su presencia tuvo más valor anímico que futbolístico para el equipo. Fue un símbolo. Raúl le ganó la batalla a su lesión, se adelantó a todos los plazos y ahí empezó ganando el Madrid. Por la simple presencia de Raúl. Simple porque no hizo nada en el primer tiempo; no se le vio arrancar, no disparó nunca a puerta y apenas corrió por el campo, siempre manejándose más con el olfato que a base de sudar. Buscando la pelota en el espacio libre, desplazándose a la espalda de los defensas del Barcelona, colocándose silenciosamente en posiciones de disparo, y tirando alguna que otra pared con sus compañeros en el medio del campo. Fue suficiente para encarrilar el partido. El segundo tiempo resultó otra cosa. Raúl se desmelenó. Peleó por el balón y remató tres veces a puerta, aunque sin suerte.

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"Raúl es fundamental para nuestro juego de ataque", resumió Del Bosque tras el partido. Incluso si juega andando.

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