Tribuna:Mirador electoral

Debate andaluz

Nos quedan 15 días de campaña. Confíamos en que será posible un debate propiamente andaluz. De momento, el candidato de IU, Antonio Romero, desde Jauja, lugar sorprendente para un inicio de campaña, ha hecho alusión al trabuco de El Tempranillo para identificar una imagen de Andalucía. Que busque otras metáforas porque esas no le ayudan a la imagen de modernidad que quiere imprimir. Chaves, por contra, nos lanza un mensaje interestelar, pretendiendo seducir con la alta tecnología digital a un electorado que todavía anda rezagado en el mundo de Internet. Uno parece ser el gran enigma que sólo s...

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Nos quedan 15 días de campaña. Confíamos en que será posible un debate propiamente andaluz. De momento, el candidato de IU, Antonio Romero, desde Jauja, lugar sorprendente para un inicio de campaña, ha hecho alusión al trabuco de El Tempranillo para identificar una imagen de Andalucía. Que busque otras metáforas porque esas no le ayudan a la imagen de modernidad que quiere imprimir. Chaves, por contra, nos lanza un mensaje interestelar, pretendiendo seducir con la alta tecnología digital a un electorado que todavía anda rezagado en el mundo de Internet. Uno parece ser el gran enigma que sólo se desvelará el 12 de marzo: ¿Pactará la banda ancha socialista con el trabuco de El Tempranillo?La anterior fórmula de gobierno PSOE-PA ya ha experimentado sus efectos: tranquilidad parlamentaria a costa de la cesión de las parcelas deportiva y turística al PA, lo cual no pone en crisis el modelo global del partido socialista. Esta fórmula tiene pocos riesgos para el PSOE dado que se saben las cotas de salida y las metas de los andalucistas. Lo malo es que supone decantarse por el rechazo de la otra posible, la de IU. Y esa negativa, en un contexto de tímidos pero a la vez optimistas tirones de unidad de la izquierda, supondría un gesto de difícil explicación al electorado progresista. Un cuerpo electoral que vota mayoritariamente al PSOE pero que no entendería esta vez que lo que se puede hacer en Madrid no se haga en Andalucía. Mientras tanto, asistiremos a un rifirrafe diario donde Romero y otros candidatos de IU clamarán por la unidad con el PSOE, esta vez sí, y exigirán de estos una respuesta positiva... como en Madrid. ¡Eironeia!

¿Y el PP? No nos olvidamos de la derecha andaluza, lo que ocurre es que lo tiene difícil por diversas razones. Una de ellas la incapacidad de construir alianzas que permitan hacer creíble un gobierno PP en Andalucía. Sólo la mayoría absoluta haría posible que Teófila Martínez llegara a ser presidenta de la Junta, y eso parece hoy un desvarío. Por otro lado el PP no termina de encontrar un discurso y una estrategia encarnada en el proyecto andaluz. Arenas tuvo la energía para construir una estructura partidaria e intentó dotarla de una dirección moderada y reformadora. Para desgracia del PP, da la impresión de que aquel llamado proyecto centrista se ha quedado en la cuneta. Las retiradas de Pimentel y Amalia Gómez vienen a certificar que en la actualidad el PP de Andalucía está gobernado por el sector más conservador, aunque se llamen liberales. Y eso en Andalucía supone apostar por la derrota.

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