Mucho trabajo y poco encanto

España, con orden y poco más, empata en Croacia tras un partido muy insulso

Sin encanto pero con la solvencia propia de un equipo organizado, España descontó otro amistoso de preparación para el Europeo. En el argot de Camacho no existen los encuentros de trámite, así que el equipo no se abandonó nunca pese a las circunstancias adversas, aunque tampoco estuvo muy lúcido. El choque tuvo poca vida, aunque a España se le complicó al final, con dos posibles penaltis no señalados en contra, una gran parada de Molina y la lesión de Velasco, que le dejó con diez en el campo. A falta de puntos que pudieran justificar actitudes resultadistas, el partido tenía un especial inte...

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Sin encanto pero con la solvencia propia de un equipo organizado, España descontó otro amistoso de preparación para el Europeo. En el argot de Camacho no existen los encuentros de trámite, así que el equipo no se abandonó nunca pese a las circunstancias adversas, aunque tampoco estuvo muy lúcido. El choque tuvo poca vida, aunque a España se le complicó al final, con dos posibles penaltis no señalados en contra, una gran parada de Molina y la lesión de Velasco, que le dejó con diez en el campo. A falta de puntos que pudieran justificar actitudes resultadistas, el partido tenía un especial interés por saber sobre la consistencia de la selección española en campo ajeno y despojada de los dos futbolistas que enganchan y dan personalidad al equipo como son Raúl y Guardiola. Desde este punto de vista, el trabajo del colectivo por salir airoso del partido resultó estimable. El ideario defensivo parece ya asumido incluso por los laterales. Hubo una faena de grupo interesante, propia de un entrenador que está acostumbrado a manejarse en circunstancias adversas y con escasez de recursos. A España, sin embargo, le sobró austeridad y le faltó presencia, glamour, signos de equipo grande que sólo le dan los futbolistas que tienen vida propia. Croacia tampoco la obligó a mucho y el entorno, presidido por el frío, un campo irregular y una grada despoblada, abonaba a largarse de Split sin dejar ninguna seña.

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Croacia: Pletikosa; Saric, Tomas, Stimac, Soldo, Jarni; Kovac (Vucko, m.66), Asanovic (Cvitanovic, m.83), Jurcic; Suker y Vugrinec.España: Molina; Velasco, Abelardo, Hierro (Paco, m.46), Aranzabal; Etxeberria (Romero, m.82), Engonga, Valerón, Fran (Mendieta, m.46); Luis Enrique (Víctor, m.63); y Urzaiz (Salva, m.77). Árbitro: Attila Halacsek (Hungría). Mostró tarjeta amarilla a Asanovic y Hierro. 10.000 personas en el estadio NK Hajduk. Debutaron en la selección española Víctor y Romero. Con ellos son ya 23 los jugadores que han alcanzado la internacionalidad con Camacho.

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En todos los amistosos, el primer tiempo se suele emplear para jugar y el segundo para cambiar, pues la rueda de sustituciones impide seguirle el hilo al fútbol. No fue ayer el caso. Los silbidos de la hinchada en el descanso sancionaron a los futbolistas de uno y otro bando, especialmente a los croatas, que se supone que como locales y terceros del mundo, aunque no clasificados para la Eurocopa, debían exponer más que los españoles. Croacia intimidó por el flanco izquierdo, más por el nombre de sus zurdos ya veteranos (Jarni, Asanovic y Suker) que por su dinámica del juego. Los españoles cerraron bien su campo y presionaron en la línea de medios con un aire de superioridad que obligó al rival a contenerse. El despliegue, por el contrario, resultó demasiado cómodo, sin profundidad en uno y otro bando. Luis Enrique, ubicado como media punta, no enganchó con la media y Urzaiz no conectó con Etxeberría y Fran, que taparon más que abrieron sus costados.

El fútbol resultó plano, sin ritmo y escaso en ocasiones. Piano, piano, los dos equipos se enfrentaron sin correr riesgos, con demasiada placidez. A falta de virtuosos, hubo mucho juego pastoso y también se observó una cierta falta de agresividad, quizá por el carácter de la contienda y la sumisión croata. Camacho intentó revitalizar al equipo con la entrada de un centrocampista de mucha viveza como es Mendieta, situado como volante derecho, y reorganizando el frente de ataque: Luis Enrique pasó a jugar de interior izquierdo, sustituyendo a un apocado Fran, y Etxeberria acompañó a Urzaiz en ataque, mientras Hierro dejaba su plaza de central a Paco. Con los cambios, el equipo español se estiró más, sin perder capacidad de combinar en la medular, y alcanzó el campo contrario con cierta regularidad. El partido viró hacia el bando español y los croatas se diseminaron. Una vez que el capitán Boban ha renunciado a la selección, hay serias dudas sobre la capacidad de Blazevic parar capitanear la transición del equipo después de su fracaso frente a Yugoslavia en la fase de clasificación del Europeo. El futuro parece estar más en el equipo sub-21 que en el absoluto, cargado de veteranía y con futbolistas poco comprometidos con el proyecto como puede ser Boksic, que argumentó cansancio para no salir anoche. Hubo un cierto abandono por parte de Croacia en oposición a España, que fue creciéndose con el discurrir del encuentro hasta que salió Vucko, un futbolista del Hajduk por el que la hinchada siente gran aprecio. El equipo de Camacho reculó más de la cuenta y se vio sometido a algunos remates, sobre todo por parte de Asanovic. La ausencia de Hierro, sustituido en tanto en cuanto era el jugador más castigado de cuantos habían sido convocados para el encuentro de ayer, tuvo una cierta incidencia, porque el equipo perdió organización, una cierta perspectiva ofensiva y sobre todo intimidación.

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