La policía francesa pide ayuda a la española para aclarar un doble crimen

La policía francesa va a pedir a la española que le ayude en sus investigaciones sobre las amistades y la trayectoria de Manuela Blázquez, natural de Béjar (Salamanca) y prima del ciclista Roberto Heras, que el pasado día 14 apareció asesinada de un disparo en la nuca en su domicilio de Flavin (Aveyron, al sur de Francia). El asesino también mató de un disparo en la cabeza a Morgane Moulinier, de 12 años, ahijada suya, y se llevó consigo a su hijo, Martín, un bebé de apenas cinco semanas.

Los expertos policiales franceses parecen desconcertados. Ni encuentran pistas para esclarecer el c...

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La policía francesa va a pedir a la española que le ayude en sus investigaciones sobre las amistades y la trayectoria de Manuela Blázquez, natural de Béjar (Salamanca) y prima del ciclista Roberto Heras, que el pasado día 14 apareció asesinada de un disparo en la nuca en su domicilio de Flavin (Aveyron, al sur de Francia). El asesino también mató de un disparo en la cabeza a Morgane Moulinier, de 12 años, ahijada suya, y se llevó consigo a su hijo, Martín, un bebé de apenas cinco semanas.

Los expertos policiales franceses parecen desconcertados. Ni encuentran pistas para esclarecer el caso ni aciertan a establecer el móvil del doble asesinato y el secuestro. Patrullas de gendarmes buscan al pequeño Martín en lugares de difícil acceso, con la ayuda de helicópteros, e inspeccionan las riberas de los ríos cercanos, los basureros, las fosas naturales... Todo inútil hasta el momento. En la casa del matrimonio Moulinier, en Flavin, una población de 2.000 habitantes situada a una decena de kilómetros de Rodez, en el departamento de Aveyron, no hay huellas dactilares ajenas ni señales de un enfrentamiento o un robo. La puerta y las ventanas del edificio de piedra de doble planta, situado en una zona muy céntrica, no han sido forzadas y la pistola de mediano calibre que el asesino manejó sigue sin aparecer.

Después de una semana de intensas pesquisas, el cuadro que los agentes encontraron en el dormitorio del primer piso continúa inmutable: una mujer española, de 36 años, muerta sobre una cama empapada en sangre; una niña abatida cuando intentaba protegerse interponiendo su mano entre la pistola y su rostro, y una cuna vacía.

El marido de Manuela y padre de Morgane, Patrice Moulinier, de 43 años, es empleado de una empresa dedicada al mantenimiento de aparatos frigoríficos y estuvo casado otras dos veces. Tiene una hija de 20 años, Vanessa, de su primer matrimonio, que no reside en Flavin.

Una hora de margen

Como todos los laborables, el día 14, Patrice salió de su casa pasadas las siete de la mañana para incorporarse a su trabajo. A las 9.30, Manuela telefoneó a su médico a través de su móvil y una hora después nadie contestó la llamada de Patrice a su domicilio. A las 11.30, una empleada de Correos le vio correr enloquecido hacia el restaurante Le Planon, en el que Manuela trabajó antes de dar a luz a Martín, y volver a continuación sobre sus pasos acompañado de sus dueños. Había descubierto los cadáveres.

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Tras ser retenido en calidad de testigo durante 36 horas, Patrice fue puesto en libertad una vez que la policía comprobó que no había muestras de pólvora en su cuerpo ni en sus ropas y verificó la realidad de sus pasos durante la mañana.

Según los investigadores, Manuela llevaba una vida normal. La pareja contrajo matrimonio en noviembre de 1998 en una ceremonia discreta. Salvo un ruido sordo y seco, atribuido posteriormente a los disparos y que la empleada de Correos creyó escuchar a media mañana, nadie vio ni oyó nada de particular.

Dos niños han recordado, eso sí, que el conductor de un coche BMW de color oscuro y matrícula extranjera, suiza o belga, les preguntó por la calle de Saint Pierre, la misma en la que se encuentra la residencia familiar de los Moulinier.

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