Un 13% de los franceses ha pensado seriamente en acabar con su vida Un informe sitúa a Francia entre los cuatro países europeos con mayor índice de suicidios

Cada año, unos 12.000 franceses ponen fin a su vida y otros 140.000 protagonizan un intento frustrado. A estas cifras, que sitúan a Francia en el grupo de cabeza de los países europeos más propensos al suicidio -por detrás únicamente de Finlandia, Dinamarca y Austria-, se han venido a sumar los inquietantes datos de una encuesta efectuada de manera reservada a un millar de ciudadanos mayores de 18 años. Un 13% de los franceses ha pensado seriamente alguna vez en poner fin a su vida, y la idea del suicidio le ha rondado igualmente por la cabeza, aunque de manera más vaga, a otro 17% . La suma ...

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Cada año, unos 12.000 franceses ponen fin a su vida y otros 140.000 protagonizan un intento frustrado. A estas cifras, que sitúan a Francia en el grupo de cabeza de los países europeos más propensos al suicidio -por detrás únicamente de Finlandia, Dinamarca y Austria-, se han venido a sumar los inquietantes datos de una encuesta efectuada de manera reservada a un millar de ciudadanos mayores de 18 años. Un 13% de los franceses ha pensado seriamente alguna vez en poner fin a su vida, y la idea del suicidio le ha rondado igualmente por la cabeza, aunque de manera más vaga, a otro 17% . La suma aporta el resultado de un 30% de la población adulta, mujeres mayoritariamente, pero los especialistas creen que la realidad sobrepasa incluso estas cifras. Según el presidente de Unión Nacional para la Prevención del Suicidio (UNPS), el profesor de Medicina Legal Michel Debout, en el suicidio ocurre como en los conflictos de sexualidad en los que los interrogados tienden a ocultar sus pensamientos para protegerse del sentimiento de culpa.

La encuesta, difundida en vísperas de la jornada nacional de prevención del suicidio que se celebra hoy, muestra que más de la tercera parte de los franceses, el 38%, ha conocido a una persona de su entorno (familiares, amigos o compañeros de trabajo), que acabó quitándose la vida, una experiencia que marca terriblemente los círculos afectivos del suicida, recalcan los expertos. Además de mantenerse en una cota elevada de 20 suicidios por cada 100.000 habitantes, por encima de la tasa de Alemania (15), Italia (8) y el Reino Unido (7), los especialistas franceses detectan un incremento notable de casos en el tramo de edad comprendido entre los 25 y 35 años y también en los menores de 20. El elevado número de suicidios que se registra entre las personas de entre 25 y 35 años, un índice que se ha triplicado desde 1950, se explica, de acuerdo con los expertos, porque en esas edades desaparecen todas las trincheras que suponen la escuela y la familia y los más frágiles se sienten indefensos ante los retos de la vida.

La investigadora Marie Choquet considera muy significativo que en Francia, al contrario que en otros países europeos, no se hayan rebajado drásticamente las elevadas cifras de muerte por suicidio existentes durante los años setenta y primeros de los ochenta. Autora de la primera gran encuesta realizada en 1994 sobre los suicidios de los adolescentes, Marie Choquet atribuye ese hecho al reflejo de la moral cristiana que considera al suicidio como un asunto tabú del que no se debe hablar y que, en consecuencia, tampoco puede ser abordado colectivamente. A esa explicación añade la relación existente entre el suicidio y el acceso a los barbitúricos. Más del 85% de las personas que protagonizan intentos de suicidios lo hacen tomando medicamentos. Francia es el país europeo que consume más sedantes y sustancias hipnóticas.

La encuesta, realizada por Sofres, muestra por lo demás, que los franceses tienen una idea bastante equivocada del alcance real del fenómeno del suicidio que constituye la primera causa de mortalidad entre los jóvenes de 25 a 34 años y la segunda entre quienes tienen entre los 15 y los 24.

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