La afición del Barça protesta tras la derrota y corea "Johan, Johan"

Al grito de "Barça sí, Núñez no", un centenar de seguidores barcelonistas decidió expresar, al término del partido y en una de las puertas principales de acceso al palco, su hastío por el juego del Barça. Fue la culminación a la pitada aderezada con pañuelos blancos con la que la afición despidió a los jugadores cuando abandonaron el campo. Esperaban la salida de algún directivo, pero tuvieron que conformarse con hacer piña y tirar del ingenio para manifestar su descontento. "Nuñez dimisión; léete los estatutos", le solicitaban al presidente; "Fuera Van Gaal", le rogaban; "Bogarde, Van Gaal, i...

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Al grito de "Barça sí, Núñez no", un centenar de seguidores barcelonistas decidió expresar, al término del partido y en una de las puertas principales de acceso al palco, su hastío por el juego del Barça. Fue la culminación a la pitada aderezada con pañuelos blancos con la que la afición despidió a los jugadores cuando abandonaron el campo. Esperaban la salida de algún directivo, pero tuvieron que conformarse con hacer piña y tirar del ingenio para manifestar su descontento. "Nuñez dimisión; léete los estatutos", le solicitaban al presidente; "Fuera Van Gaal", le rogaban; "Bogarde, Van Gaal, iros al Villareal", gritaban. El técnico holandés no pudo librarse de que las palabras que en ocasiones ha dirigido a los periodistas se volvieran contra él. "Tú eres muy malo; siempre negativo", se mofaban los congregados. Y para culminar la protesta, un ruego que siempre está en boca de parte de la afición: "Johan, Johan", coreó el centenar de personas que durante una media hora aguardó, infructuosamente, que algún directivo atendiese a los que protestaban. El presidente Josep Lluís Núñez bajó al vestuario durante el descanso pero fue para que los médicos le atendieran a causa de los dolores que sufre en la pierna de la que se operó el pasado verano. Tras el partido, Núñez volvió a bajar al vestuario.

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"A pesar de la derrota, la confianza en ser campeones no ha desaparecido. Es difícil dar explicaciones y no es el momento. Dejémoslo de esta manera", comentó Rivaldo. "El Barça jugó mal. El Alavés mereció la victoria, jugó mejor. El marcador pudo ser más amplio: un 0-2 o un 0-3". El brasileño certificó uno de los males del Barça: "Llevamos algunos partidos en que se marcan pocos goles".

Racha quebrada

El Barça confiaba ayer en ser líder y se quedó tercero (38 puntos). El Deportivo se escapó a cinco puntos (43) y el Zaragoza se sitúo segundo (39). Todas las cábalas de Van Gaal se fueron al traste. Los azulgrana habían encadenado desde el día del Almería una trayectoria nada desdeñable: once partidos sin perder, entre la Liga y la Copa, con seis victorias y cinco empates. Pero la racha, rota ayer con estrépito, ha resultado un tanto de paja. El Barça sumó ayer su séptima derrota este curso, tantas como en toda la última Liga. Y confirmó algo peor en esta Liga: ha empatado (5) y perdido más partidos (7) que ganado (11).

Todo se explica, en parte, por su falta de gol. El Barça es ahora un equipo seco. Van Gaal se hartó de que su defensa fuera el hazmerreír de la Liga y revolucionó un buen día a su equipo desechando a jugadores claves. El cambio se fraguó en diciembre en un partido de Copa en Almería (0-0) y continuó en la Liga con la visita del Atlético (2-1). El técnico defendió a su nueva alineación amparándose en que no perdía. Un mal menor. Pero le costó siempre horrores ganar: en las siete jornadas, sólo venció con comodidad a la Real (3-1) porque sufrió en Balaidos (0-2) y ante el Racing (1-0). El resto, lo saldó así: empate en Vallecas (1-1), en Zaragoza (0-0) y Montjuïc (1-1). Y el 0-1 de ayer. Diez goles en ocho partidos. Y sólo dos en los el últimos cuatro (Zaragoza, Racing, Espanyol y Alavés). Una media de 1,2 goles por partido -en las primeras 15 jornadas era de 2,2- compensada por la zaga (cuatro goles encajados, una media de 0,4). Pero todo era demasiado justo. Y ayer se rompió.

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